Hormats, citado por la agencia oficial Xinhua, aseguró que el conflicto en torno a esos dos gigantes tecnológicos chinos (el Congreso norteamericano recomendó a firmas estadounidenses que no se asociaran a ellos) y otras fricciones son "pequeñas en comparación con el número de inversiones exitosas en Estados Unidos".
"Continuaremos trabajando con el gobierno de China para seguir atrayendo inversión china en Estados Unidos, y cuando haya cuestiones intentaremos solucionarlas", subrayó el alto cargo estadounidense.
El caso de Huawei y ZTE, que fueron calificados en octubre de "posibles amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos" por el Congreso norteamericano, ha causado preocupación en China porque sus compañías vean limitada su presencia en Norteamérica por cuestiones políticas.
A ese caso se une el hecho de que en septiembre el presidente estadounidense Barack Obama firmara una orden presidencial (un procedimiento que sólo se usa en casos excepcionales) contra otra firma de capital chino, Ralls Corp, para prohibirle que adquiriera granjas eólicas en Oregón (oeste de Estados Unidos).
La orden se justificó en que las granjas eólicas (propiedad de una firma griega) se encontraban cerca de una base militar norteamericana, por lo que su compra por una firma china también podría constituir un peligro para la defensa estadounidense.