A partir de esa fecha, podrá controlar todas las direcciones IP y números de teléfono, así como direcciones de email, y acceder a datos de redes sociales, conversaciones telefónicas por internet y chats, afirma el periódico.
La oposición acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, que trabajó en el pasado para el servicio secreto, de querer erigir un Estado espía al modelo de la antigua Unión Soviética, al dotar al FSB de cada vez más competencias.
Además, se subió considerablemente el sueldo a los trabajadores del servicio secreto. El director del FSB, Alexander Bortnikov, ganará en el futuro tanto como el presidente francés.
Las empresas de telecomunicaciones criticaron la medida como contraria a la Constitución, mientras el Ministerio de Comunicaciones respondió que no se trata de un cambio fundamental de la legislación existente.
Ya desde 2008 esas empresas están obligadas a almacenar todos los datos en la red de ordenadores Sorm, citó la agencia Itar-Tass a un trabajador del ministerio en el anonimato.
Los diputados y expertos cercanos al Kremlin señalaron que no hay motivo para la preocupación y que la iniciativa sirve a la seguridad del país. Los internautas no tienen nada que temer en el caso de que navegen por webs "honradas y normales", dijo el diputado Alexander Chinshteyn, del partido gubernamental Rusia Unida.
Hasta ahora en Rusia sólo podían entregarse esos datos con una solicitud de por medio.
Además, el Parlamento tiene bajo estudio un proyecto de ley según el cual el FSB podrá usar las redes sociales en la búsqueda de organizadores de ciberataques y grupos terroristas y extremistas.
Y según el experto en el servicio secreto Andrey Soldatov, el FSB planea vigilar totalmente las comunicaciones de atletas y espectadores durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi en 2014.