No obstante, la aplicación de las sanciones dependerá de que salga adelante un paquete similar en la Cámara de Representantes y del visto bueno final de la Casa Blanca.
Los senadores Mark Kirk (republicano) y Robert Menéndez (demócrata) promovieron la enmienda al proyecto de ley, valorado en 662,000 millones de dólares, para cortar la financiación del programa nuclear iraní, que según Estados Unidos y sus socios europeos tiene fines beligerantes.
La enmienda se aprobó por unanimidad, con una votación a favor de 100 a 0.
En una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Wendy Sherman, dijo hoy horas antes de que saliera adelante la enmienda que el gobierno apoyará la imposición de sanciones contra el Banco Central de Irán "en el momento apropiado".
Sherman consideró que cualquier acción contra el núcleo del sistema bancario de Irán debe producirse en un contexto multilateral.
"La administración de (Barack) Obama apoya rotundamente el aumento de la presión sobre Irán, y eso incluye sanciones bien diseñadas contra el Banco Central de Irán", aseguró Sherman.
No obstante, esas sanciones deben emitirse "en el momento apropiado" y "como parte de una política sostenible y con fases establecidas cuidadosamente para provocar el cumplimiento de Irán de sus obligaciones", matizó.
El pasado 21 de noviembre, el Tesoro estadounidense declaró todo el territorio de Irán "jurisdicción de preocupación prioritaria por lavado de dinero", una denominación que da vía libre a la emisión de sanciones concretas contra el Banco Central iraní.
Sin embargo, hasta ahora el gobierno de Obama se ha mantenido cauto ante las exigencias del Congreso de atacar al Banco Central iraní, dado que esa acción afectaría directamente a las exportaciones de petróleo de la república islámica, en un momento clave para la recuperación económica global.