Esa conversación telefónica, que tendrá lugar "a lo largo del día", se producirá después de que el jefe del Estado galo hablara los pasados miércoles y jueves con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sobre la situación en la zona del euro, indicaron fuentes de la presidencia sin dar más detalles.
Esta segunda ronda de conversaciones llega un día después de que la crisis de la deuda en Europa y los indicios de ralentización económica a ambos lados del Atlántico exacerbaran las tensiones en los mercados internacionales y provocaran que las Bolsas europeas registraran pérdidas cercanas al 4 por ciento.
París cedió el 3.9 por ciento hasta cotas de julio del año pasado, mientras que la Bolsa española bajó el 3.89 por ciento y se situó en niveles de junio pasado y Fráncfort cayó un 3.4 por ciento, su peor desplome en diez meses.
El anuncio de Trichet de que seguirán vigilando la evolución de la inflación sin hacer concesiones a los problemas de la deuda de varios países europeos incidió en la bajada, dado que los inversores interpretaron que subirá los tipos a final de año.
Lejos de suavizar la tensión, en una jornada en la que se sucedieron las declaraciones políticas sobre los problemas de los mercados, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, pidió la ampliación del fondo de rescate y advirtió de la posibilidad de que la crisis de la deuda se contagie a más países.
Por su parte, Zapatero valoró la subasta de deuda y analizó la intervención de Trichet, mientras que consideró "imprescindible" que los acuerdos sobre el plan de rescate a Grecia y sobre la reforma del mecanismo de apoyo a países de la eurozona se apliquen cuanto antes.