El exmandatario, dueño de la cadena de supermercados Super 99 y accionista de diversas empresas, incluidos medios de comunicación, fue capturado el lunes por alguaciles estadunidenses en respuesta a una petición de las autoridades panameñas que lo solicitan en extradición.
A diferencia de la imagen arrogante que, según sus opositores, lo caracterizó durante su mandato, Martinelli mostró este martes un demacrado rostro ante el juez de la Corte Federal del Distrito Sur de Miami, Edwin Torres.
Vestido con el uniforme color caqui de recluso, con las manos y pies esposados, Martinelli escuchó la negativa del juez para otorgarle la libertad bajo fianza en esta primera audiencia.
No obstante, Torres decidió mantener detenido al expresidente hasta el 20 de junio próximo, cuando adoptará una decisión sobre si concede o no el recurso presentado por los abogados.
Martinelli, de 65 años de edad, gobernó Panamá con un estilo populista, acompañado en los primeros años por el ahora mandatario Juan Carlos Varela, entonces su vicepresidente, de quien se distanció a mitad de su mandato por cuestiones políticas.
Apoyado por el partido Cambio Democrático -del cual es su fundador y máximo líder-, Martinelli ganó las elecciones de 2009 con el respaldo de Varela, del Partido Panameñista.
Ya con Varela como presidente y con varias investigaciones en su contra, Martinelli denunció que las indagaciones en su contra eran por venganza política. Al final, el exmandatario decidió abandonar el país el 28 de enero de 2015 para refugiarse en una exclusiva zona residencial de Miami, Florida.
En septiembre pasado, la Corte Suprema de Justicia -que investiga a Martinelli en su calidad de miembro del Parlamento Centroamericano- ordenó su detención por la intercepción desde el Consejo de Seguridad de las comunicaciones telefónicas de unas 150 personas, entre empresarios, sindicalistas, líderes políticos y periodistas.
El máximo tribunal panameño acusa a Martinelli de los delitos de inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad, por los cuales el expresidente podría pasar hasta 21 años en prisión, en caso de otorgarse la extradición y ser condenado en su país.
El exmandatario es investigado también por delitos financieros relacionados con cuentas de la operadora de valores Financial Pacific y contra la administración pública por el supuesto cobro de comisiones por el manejo en la recaudación de impuestos morosos.
La justicia panameña investiga también a Martinelli por supuestos sobrecostos en la compra de comida deshidratada, además de que tiene abierto otro expediente por sobreprecios en la adquisición de granos y por otorgar 335 indultos de manera irregular, entre otros casos.
Dos hijos del expresidente, Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli, también están acusados de corrupción por su presunta relación con los sobornos por 22 millones de dólares pagados en el país por la empresa brasileña Odebrecht para obtener contratos de obra pública.