El presidente sirio Bashar al-Assad aceptó al renuncia pero encargó a Naji Otri dirigir los asuntos hasta la formación de un nuevo gobierno, reportó la agencia siria de noticias Sana.
Naji Otri llegó al cargo en 2003 y fue el primer jefe del ejecutivo designado por el entonces nuevo presidente al-Assad, quien había heredado el poder a la muerte de su padre en el año 2000.
El primer ministro en Siria es un cargo con poderes administrativos únicamente, porque la autoridad política reside en el presidente y en el único partido legalizado, el Baath.
Al-Assad, cuya familia gobierna Siria desde hace 40 años, hablará a la nación en las próximas horas para anunciar una serie de reformas, entre ellas el levantamiento del estado de emergencia, vigente desde 1963, cuyo cumplimiento y ejecución corresponderán al nuevo gobierno.
Según analistas, la renuncia del gabinete se interpreta como una concesión que se suma a las medidas ya anunciadas en los últimos días.
Las autoridades sirias decidieron aumentar salarios y ordenaron investigar las muertes causadas durante los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes durante las protestas que comenzaron el pasado 18 de marzo.
Al-Assad prometió justicia para las víctimas, liberó a más de 260 prisioneros políticos y anunció el levantamiento inminente de la ley de emergencia, así como la revisión de leyes para autorizar la formación de partidos políticos y conceder más libertades.
La renuncia del gobierno sirio coincidió este martes con una manifestación a favor del presidente Al-Assad, celebrada en distintas partes de Siria para respaldar su gestión frente a las protestas de los opositores.
En 11 días de protestas alrededor de 130 personas han muerto, según activistas de la oposición, aunque el gobierno rebaja el número de víctimas a 30.
Los grupos opositores acusan a las fuerzas de seguridad de ser responsables de esta represión, pero el gobierno sostiene que los disturbios fueron causados por “bandas armadas” y radicales islámicos.