El Eurostar forma parte de un paquete de propiedad estatal que el gobierno del primer ministro, David Cameron, quiere vender hasta 2020 para recaudar un total de 20,000 millones de libras (unos 26,000 millones de euros/ 32,200 millones de dólares) con el objetivo de reducir las grandes deudas del país.
Los sindicatos han criticado los planes del gobierno, pues consideran que la venta de Eurostar tendrá como consecuencia que una parte aún mayor de la red de ferrocarriles británica esté en manos extranjeras. Se calcula que actualmente en torno al 75 por ciento de las conexiones por ferrocarril en ese país pertenece a empresas extranjeras.
El 40 por ciento de Eurostar pertenece actualmente al gobierno británico; el resto de las participaciones está en manos de la sociedad de ferrocarril francesa SNCF, con un 55 por ciento, y la belga SNCB, con un 5 por ciento.
En el primer semestre del año, unos cinco millones de pasajeros utilizaron el tren que conecta la capital británica con tierra firme europea. Desde su creación hace 20 años, se calcula que ha llevado ha más de 145 millones de pasajeros, y en la última década el tráfico de viajeros creció de forma continua. (DPA)