Putin se presenta como el "solucionador de problemas" de los rusos

A Vladimir Putin le gusta ser el presidente de la gente. Cada año, participa en una maratón televisiva que se convirtió en marca registrada del líder ruso.

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En teoría, el programa de televisión de cuatro horas, llamado "Línea directa", debería dar una oportunidad a los rusos de a pie para hablar directamente con el presidente sobre las ideas o preocupaciones que cruzan sus cabezas.

Sin embargo, la realidad es que se trata de un evento de relaciones públicas cuidadosamente guionado en el que participan obreros, soldados y amas de casa seleccionados, que plantean preguntas no demasiado complicadas a su líder nacional por la televisión estatal.

El programa de hoy no fue la excepción, aunque el afán de Putin de mostrarse como un "arreglador de problemas personales" adquirió ribetes inéditos.

Una mujer llamada Yelena pidió a Putin que convenciera al marido de una amiga que dejara de negarle la posibilidad de comprar un perro. "Es un coronel retirado y tiene una voluntad de hierro, como todos nuestros valientes soldados. Pero no puede decirle que no al comandante en jefe", dijo Yelena en un mensaje leído por el presentador del programa.

Después de algunas idas y vueltas, Putin respondió: "Boris, por favor, sé tan amable de permitir a tu esposa que compre un perro. A fin de cuentas, quizá fortalezca a la familia".

En otro momento, un hombre pidió a Putin que convenciera a su novia de que acepte su propuesta de matrimonio.

Como es tradicional en el programa, Putin también dio órdenes directas a las autoridades regionales. Cuando una mujer de la región de Siberia, azotada por incendios, pidió con lágrimas en los ojos ayuda mediante un video grabado previamente, Putin respondió que el gobernador local debe tener reconstruidos los 2.400 hogares incendiados para el 1 de septiembre.

El presidente añadió que se debería pagar un millón de rublos (20.000 dólares) a las familias de las 30 personas muertas hasta ahora en incendios.

En algunos momentos, fueron los presentadores del programa los que sacaron los temas apropiados de conversación. Uno de ellos preguntó a Putin si no estaba preocupado por el hecho de que organizaciones no gubernamentales estadounidenses estuvieron complotándose para derrocar a los gobiernos de Armenia y Kirguistán.

Putin respondió diciendo que el "derrocamiento armado" del año pasado en Ucrania era inaceptable, pero que, de todas formas, Rusia debería abstenerse de entrometerse en los países vecinos.

El programa incluyó algunas preguntas críticas, como cuando el famoso periodista Alexei Venediktov preguntó sobre las lentas investigaciones sobre el asesinato del líder opositor Boris Nemtsov. Sin embargo, Putin evadió el tema por completo centrándose en un tema más banal como cambiar el nombre del puente en el que fue asesinado Nemtsov.

El presidente ruso se mostró menos severo de lo que temían algunos, al admitir incluso en un momento que, después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética impuso su modelo a países del este de Europa, aunque dejó en claro que "los estadounidenses se comportan de esa forma hoy en día".

Sin embargo, el mensaje central del programa, que se emite anualmente desde 2001, sigue siendo el mismo: si quiere resolver cualquier tipo de problema en Rusia, no hay mejor solución que recurrir directamente a Putin.

Este jueves, Putin logró responder a 74 preguntas, de acuerdo con Dmitri Smirnov, corresponsal en el Kremlin del diario "Komsomolskaya Pravda". En total, se enviaron tres millones de preguntas al presidente.