Putin desempolva la retórica contra Estados Unidos

El presidente ruso, Vladímir Putin, desempolvó hoy la retórica contra Estados Unidos al defender medidas legales como la controvertida prohibición de adoptar niños rusos por parte de familias norteamericanas.

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El presidente ruso, Vladímir Putin, ofrece una rueda de prensa en el Centro de Comercio Internacional de Moscú, en Rusia. El presidente ruso resume en rueda de prensa el año en que regresó al Kremlin tras cuatro años de paréntesis como primer ministro.

"Puede ser que sea yo un mal cristiano: cuando te dan una bofetada, hay que poner la otra mejilla. Yo aún no estoy moralmente preparado para ello", afirmó Putin en una multitudinaria rueda de prensa transmitida en directo por la televisión.

Putin, que se quedó a pocos minutos de su récord en una rueda de prensa al comparecer durante casi cuatro horas y media ante la prensa nacional e internacional, ignoró a la oposición extraparlamentaria y centró casi todas sus críticas en Washington.

En particular, arremetió contra el "Acta Magnitski" recientemente aprobada por el Congreso norteamericano y que incluye una lista negra de los funcionarios rusos implicados en la muerte en prisión preventiva del abogado ruso Serguéi Magnitski (2009), quien pereció tras denunciar la corrupción policial.

"De alguna forma, el Legislativo norteamericano nos enseñó quién es aquí el jefe, para que no nos relajemos. Si no fuera Magnitski, hubieran encontrado otra excusa. Eso es lo que a nosotros nos indigna", aseguró.

Poco después de que el Kremlin anunciara que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará este país en la primera mitad de 2013, Putin aseguró que ese acta es "un paso hostil" y que, "por supuesto, provocará un deterioro de las relaciones bilaterales".

"Se quitaron de encima un acta antisoviética (la enmienda Jackson-Vanik que restringía el comercio con la Unión Soviética por la falta de libertad de los judíos y de otras minorías a emigrar) y consideraron necesario aprobar un acta antirrusa", comentó.

Putin, al que Occidente acusa de inacción en la investigación de la muerte de figuras como Magnitski o la periodista Anna Politkóvskaya, negó que el abogado hubiera muerto debido a las palizas recibidas, como aseguran los activistas.

"No le torturó nadie, murió de un ataque al corazón. Si le ofrecieron asistencia médica a tiempo o ni siquiera se la dieron, eso es materia de investigación. ¿Usted qué se piensa, que en las cárceles norteamericanas la gente no muere?", señaló.

En respuesta, Putin defendió la ley que la Duma o Cámara de Diputados podría aprobar mañana viernes y que impone restricciones a los funcionarios norteamericanos implicados en la violación de los derechos de ciudadanos rusos como Víctor But, traficante de armas conocido como el "mercader de la muerte".

Esta ley incluye una polémica enmienda que propone prohibir a familias norteamericanas adoptar a niños rusos a partir del próximo 1 de enero, iniciativa que ha sido muy criticada por varios ministros del gobierno ruso, opositores y activistas.

"Considero que ésta es una respuesta emotiva por parte de la Duma Estatal, pero adecuada. Cuando se cometen delitos contra los niños rusos adoptados, en la mayoría de los casos la Justicia norteamericana no reacciona en absoluto", dijo.

Putin denunció que Estados Unidos incumple el acuerdo bilateral sobre adopciones suscrito este año, recordó que la mayoría de rusos está en contra de la adopción extranjera y aludió a la muerte de varios niños rusos acogidos por padres norteamericanos debido a malos tratos.

Por otra parte, Putin habló de uno de los temas más de actualidad en Rusia, la corrupción, y aseguró que no habrá piedad con los funcionarios corruptos, incluido el recientemente destituido ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, si se demuestra su implicación en tales delitos.

"Les puedo asegurar que la investigación y las diligencias judiciales serán sumamente objetivas. No hay ningún deseo de encubrir a nadie", apuntó.

En política exterior Putin justificó la postura rusa sobre Siria, contraria a imponer sanciones y a la injerencia extranjera en el país árabe, como un intento de evitar la desintegración y una guerra civil sin fin.

"No nos preocupa el destino de (el presidente sirio) Bachar al Asad. Entendemos que su familia lleva 40 años en el poder. Sin duda, (el pueblo) demanda reformas. Nos preocupa otra cosa. ¿Y después qué?", destacó.

Y añadió que "los acuerdos basados en la victoria militar no son aplicables" en el caso de Siria.

Putin, de 60 años, también denunció que los rumores sobre sus supuestos problemas de salud responden a un intento de "poner en duda la legitimidad y la capacidad de trabajo de las autoridades".

Finalmente, mientras negaba que en Rusia se haya instaurado un sistema autoritario, la Justicia rusa anunciaba que el magnate petrolero Mijaíl Jodorkovski, enemigo personal de Putin, será puesto en libertad en 2014 tras ver reducida en dos años su condena.

"Si alguien cree que la democracia y el cumplimiento de la ley son cosas distintas, se equivoca. Parece que existe una extendida opinión de que democracia es anarquía o trotskismo. No es así. (...) No necesitamos anarquía", sentenció Putin.