“Si pudiéramos dar alguna ayuda para relanzar el crecimiento a través de los fondos estructurales, lo haremos”, aseguró Durao Barroso tras reunirse en Bruselas con el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, horas antes de una cumbre de gobernantes de la Unión Europea considerada decisiva para la economía de la mancomunidad.
La iniciativa, propuesta esta semana también para Grecia, tiene por objetivo dar a esos países recursos necesarios para crear empleos.
Además atajar a corto plazo el impacto que tiene sobre los ciudadanos las medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en cambio de su ayuda financiera.
“Consistiría en adelantar algunos programas para que puedan dar resultados más inmediatos”, resumió el líder del Ejecutivo comunitario, de nacionalidad portuguesa.
No obstante, tal y como hizo con Grecia, insistió en que Portugal “debe aplicar su programa” de reformas, que considera “esencial para la credibilidad y la confianza de los mercados”.
Según Durao Barroso, la medida ”más social” que puede tomar el nuevo gobierno luso es reducir la deuda y el déficit públicos.
“Cada euro que los portugueses pagan para refinanciar la deuda es un euro que no va a sanidad, educación y bienestar”, señaló.
Por su parte, Passos Coelho rechazó cualquier comparación de su país con Grecia y sostuvo que el apoyo del 85 por ciento del los parlamentarios lusos al programa pactado con la UE y el FMI crea las condiciones necesarias su éxito.
“Portugal está agradecido de haber recibido la ayuda de los socios europeos en estos momentos difíciles y compensará la confianza depositada con mucho trabajo duro y compromiso”, afirmó el primer ministro.