Los abogados de los cinco hombres acusados de planificar los atentados el 11 de septiembre de 2001, entre ellos el presunto cerebro de los ataques, Jalid Sheij Mohamed, pidieron al juez al frente de la comisión militar, coronel James Pohl, que no les obligue a firmar dicha orden, argumentando que viola la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas ratificada por Estados Unidos en 1994.
Además, dificultaría aún más sus esfuerzos para defender a sus clientes, agregaron.
Los cinco acusados -Sheij Mohamed, así como Ramzi Binalshibh, Ali Abdel Asis Ali, Mustafa Ahmed al Hausawi y Walid bin Attash- comparecieron hoy ante la comisión militar en la base militar de Guantánamo, Cuba, en el marco de una nueva ronda de audiencias previas a su juicio destinadas a decidir qué pruebas serán aceptadas durante éste.
La primera sesión de estas nuevas audiencias -que la prensa también puede seguir desde la base militar de Fort Meade, en las afueras de Washington- se concentró hoy en la tortura y en la cuestión de hasta qué punto los acusados pueden hablar sobre la forma en que fueron tratados mientras permanecieron bajo custodia de la CIA en terceros países.
Sus abogados afirman que dado que los cinco hombres afrontan la pena de muerte en caso de ser considerados culpables, no se les puede prohibir hablar de la forma en que fueron tratados durante su detención, incluyendo las torturas que sufrieron.
La CIA ha admitido que sometió a Mohamed a la práctica de "waterboarding" o ahogamiento simulado en hasta 183 ocasiones durante el tiempo que permaneció en prisiones secretas antes de ser trasladado a Guantánamo.
Los abogados de los acusados describieron hoy cómo el gobierno ha hecho uso de la figura de "presunta clasificación" para impedirles que describan el trato en prisión. La fiscalía argumenta que esto es necesario puesto que teme que los acusados puedan revelar secretos gubernamentales estadounidenses si se les permite hablar, incluidas referencias al "waterboarding".
La abogada de Bin Attash, Cheryl Bormann, argumentó que de acuerdo con la Convención de la ONU Estados Unidos no puede clasificar información con el objetivo de ocultar casos de tortura y afirmó que si el juez Pohl no rescinde la orden que les impediría a sus defendidos hablar sobre este tema, entonces tiene que retirar la pena de muerte como posible condena.
"Si el gobierno de Estados Unidos quiere prohibirles a estos hombres que hablen de las cosas horribles que les sucedieron, entonces se debe retirar la condena a muerte", afirmó Bormann. "No pueden tenerlo todo. No puedes amordazar a alguien y luego querer matarlo", insistió.
Además, los abogados defensores se quejaron de haber "chocado contra un muro" en cada línea investigativa que han abierto. Así, indicaron entre otros que a sus defendidos no se les ha permitido buscar pruebas en los países donde estuvieron detenidos por la CIA antes de ser trasladados a Guantánamo. Algunos de esos países también han ratificado la Convención contra la Tortura, destacaron.
En su turno de réplica, la acusación militar afirmó que el intento de la defensa de introducir el tema de la tortura en el juicio no cambia el hecho de que los cinco hombres están acusados de matar a casi 3,000 personas.
El fiscal Clayton Trivett dijo además que existe un "robusto sistema" fuera de las comisiones militares para escuchar las quejas relativas a cuestiones como la tortura, incluidas organizaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja.
"Tienen varias formas distintas de reparación", sostuvo.
Previamente, Pohl ya denegó a los abogados defensores permiso para obtener detalles sobre los interrogatorios a los que fueron sometidos sus clientes para usarlos en el caso.
Los cinco acusados comparecieron hoy con la habitual vestimenta blanca de Guantánamo. Al igual que en ocasiones anteriores Mohamed, que ha pedido la pena de muerte para sí mismo y que lleva preso desde 2003, mostraba una tupida barba.
Tras escuchar a las dos partes, la corte inició una audiencia a puertas cerradas para discutir cuestiones clasificadas.