Desde que en 2006 el Partido Conservador del primer ministro en funciones, Stephen Harper, alcanzó el gobierno, Canadá se ha embarcado en una rápida campaña para firmar tratados de libre comercio (TLC) con países de todo el mundo, pero especialmente con Latinoamérica.
En 2008, Canadá firmó un controvertido TLC con Colombia. Al año siguiente puso en vigor tratados con Perú y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) y firmó otro con Jordania. Y en 2010 firmó un acuerdo de libre comercio con Panamá.
Además, Ottawa ha iniciado negociaciones para llegar a otros 11 tratados de libre comercio con países tan diversos como Ucrania, Marruecos o la Unión Europea. De ellos, cuatro se refieren a la región latinoamericana y caribeña: la Comunidad Andina, la Comunidad del Caribe (Caricom), la República Dominicana y Centroamérica.
Canadá también tiene en vigor acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y México (el llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN), así como Chile.
Pero muchos de los nuevos tratados firmados o en negociación con países latinoamericanos cuentan con la oposición de grupos de derechos humanos, organizaciones sindicales y el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), el cuarto partido en representación en el último Parlamento canadiense.
El NPD se mostró especialmente opuesto a la firma del TLC con Colombia, que calificó como "un total rechazo de la tradición de Canadá de defender los derechos humanos, que recompensa un régimen vinculado a matones paramilitares y militares que de forma rutinaria matan sindicalistas y defensores de derechos humanos".
Los socialdemócratas también expresaron su oposición al TLC firmado en mayo de 2010 entre Ottawa y Panamá, porque el acuerdo no incluye cláusulas para proteger derechos laborales y lo que consideran como decisiones del presidente Ricardo Martinelli para recortar el estado de derecho en el país centroamericano.
El NPD también ha destacado que Panamá es un paraíso fiscal y uno de los países que la OCDE dice no respeta sus compromisos sobre intercambio de información fiscal.
El gobierno de Harper ha rechazado estas críticas y ha señalado que el NPD "se opondría a cualquier acuerdo de libre comercio con cualquier parte del mundo".
Hace un año, el ministro canadiense de Comercio Internacional en funciones, Peter Van Loan, dijo que "en el caso de Colombia se arropan con la bandera de los llamados derechos humanos a pesar de que tenemos acuerdos paralelos sobre medioambiente y derechos laborales que protegen los derechos humanos".
La oposición del NPD a los tratados de libre comercio con Latinoamérica no han tenido ningún efecto práctico hasta el momento porque el PC ha logrado el apoyo del segundo grupo parlamentario, el Partido Liberal, para su aprobación en la Cámara de los Comunes.
Pero la situación podría cambiar radicalmente tras las elecciones del 2 de mayo si se confirman las encuestas dadas a conocer en los últimos días.
Los sondeos indican que el Partido Liberal, de Michael Ignatieff, se está hundiendo y ha sido superado por el NPD, de Jack Layton, en intención de voto. Al mismo tiempo, el PC de Harper está empezando a perder apoyo, lo que le impedirá alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento canadiense.
De hecho, las últimas proyecciones de voto colocan al PC con alrededor de 130 de los 308 diputados de la Cámara de los Comunes canadiense. Mientras el NPD se acerca al centenar, los liberales rondan los 50.
De mantenerse estas cifras el 2 de mayo, Canadá podría estar destinada a un histórico gobierno de coalición entre el NPD y el PL, dominado por los socialdemócratas, y que impondría una política opuesta a tratados de libre comercio con Latinoamérica.