El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hicieron un llamamiento a invertir en medidas estructurales que apunten a mejorar la resiliencia y las capacidades de gestión de riesgos.
Eso incluye el fortalecimiento de la infraestructura, optimizar los sistemas de alerta temprana, y adaptación de la producción a la variabilidad del clima.
Según las agencias, las lluvias se han presentado este año muy por debajo de los niveles del año pasado y de la media histórica en los territorios de producción de granos en la vertiente pacífica.
También advirtieron de una alta probabilidad, del 90%, de que el fenómeno "El Niño" continúe afectando a la región hasta marzo de 2016, que traería otra gran sequía, para lo cual se requieren nuevos planes de preparación y respuesta humanitaria.
Durante la sequía de 2014, el PMA ha brindado asistencia alimentaria a unas 240.000 personas. Por su parte, la FAO ha emprendido cinco proyectos para la rehabilitación de los medios de subsistencia que benefició a más de 80.000 personas.
Ambos organismos de la ONU subrayaron la importancia de que los países afectados, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, así como la comunidad internacional prioricen la asignación de recursos al problema y adopten medidas a corto y largo plazo sobre la cuestión.