Los demandantes, las asociaciones Peuples Solidaires, Sherpa e Indecosa-CGT, estiman que se produce una "práctica comercial fraudulenta" ya que consideran que "los compromisos éticos de la marca constituyen una publicidad" que induce a "los consumidores franceses a error", señalaron en un comunicado.
Según una investigación de esas tres ONG llevada a cabo por China Labor Watch en "una decena de proveedores chinos de la marca", el grupo surcoreano "cierra los ojos ante las condiciones de trabajo indignas que se dan en las plantas chinas que fabrican" para Samsung.
Denuncian "horas suplementarias excesivas, violación de las reglas fundamentales de salud y seguridad, maltrato a los trabajadores" y "recurrencia masiva a becarios, algunos menores de 16 años".
"Una realidad muy alejada de la 'empresa ciudadana' y 'socialmente responsable' que en su comunicación pública dice ser el gigante surcoreano", agrega el comunicado, en el que entienden que Samsung intenta presentar una imagen "fraudulenta" de empresa con "compromisos éticos" que solo responden a estrategias comerciales.
La jurisdicción francesa nunca se ha pronunciado sobre si los compromisos éticos de naturaleza falaz de una empresa pueden ser constitutivos de una práctica comercial fraudulenta, que sería reprochable penalmente", concluyen.