El alcalde Bill de Blasio, en los últimos días de su mandato, anunció este miércoles que el Consejo Municipal ha elegido a seis empresas que diseñarán y construirán los nuevos penales a partir del año próximo o de 2023.
Las prisiones estarán situadas en Manhattan, Brooklyn, Queens y el Bronx, y el presupuesto acordado para su diseño y construcción suma 8,200 millones de dólares, que administrará el Departamento de Corrección, responsable del sistema carcelario.
"La ciudad de Nueva York merece un sistema carcelario más pequeño, más seguro y más justo", dijo De Blasio, que se comprometió nuevamente a "cerrar (el penal de) Rikers Island de una vez por todas", respondiendo así a las numerosas críticas que recibe la penitenciaría por su peligrosidad.
El sucesor de Di Blasio, Eric Adams, definió recientemente la cárcel de Rikers como "una vergüenza nacional que hemos ignorado", y nombró a un nuevo responsable penintenciario en la persona de Luis Molina para que "el departamento deje de ser un sistema punitivo de puerta giratoria y pase a ser un sistema de rehabilitación integral".
Rikers es uno de los penales más violentos del país, y recientemente la administración anunció que trasladaba de sus muros a otros penales más seguros a las mujeres y a los transexuales, pues se temía por su seguridad, y entre las críticas más frecuentes que recibe está que recurre con demasiada frecuencias al confinamiento individual, que deja graves secuelas sicológica.