"El asesinato de Kristal Bayrón Nieves ha sido un acto de maldad, pero ha llamado a la conciencia en nuestra ciudad. La avalancha de amor y apoyo desde todos los rincones ha sido genuinamente conmovedora", dijo Adams en un comunicado, haciéndose eco de la implicación de los ciudadanos que han recaudado fondos, participado en vigilias y reclamado justicia en las calles.
Bayrón, que se mudó a Nueva York desde Puerto Rico con su familia hace dos años, trabajaba desde hacía pocas semanas en un Burger King al este de Harlem y estaba haciendo su último turno de noche cuando un atracador entró en el establecimiento y le disparó pese a haberse embolsado los 100 dólares que había en la caja, de acuerdo con los medios locales.
El autor del crimen, Winston Glynn, de 30 años, un extrabajador de la cadena que según las autoridades no conocía a la víctima, fue detenido este jueves después de que las autoridades, que habían ofrecido recompensas, identificaran el cinturón particular que llevaba aquella noche y siguieran el rastro de su tarjeta hasta un hotel reutilizado como albergue.
Este viernes se le imputó un asesinato en primer grado, además de delitos de robo y relacionados con el uso y la posesión de armas de fuego.
El alcalde Adams, que se ha comprometido a reforzar la Policía ante la ola de violencia armada de los últimos meses, se mostró particularmente indignado por la tragedia: "No vengo a conferencias de prensa de detenciones, pero esta era muy personal. Un asesino a sangre fría que le dispara a una niña de 19 años después de que ella obedezca".
Según su comunicado de este sábado, la administración de Nueva York ha ofrecido a la familia de la joven "los recursos que necesiten" y la aerolínea Jetblue ha dado vuelos gratuitos a sus familiares para que puedan hacer un funeral y enterrarla en Puerto Rico.