El Museo Real del Ejército organizó una "Fiesta de Guerra", con intervenciones de 30 artistas contemporáneos invitados a exponer su visión de la violencia. El Museo de Ciencias Naturales se convirtió en un circo balcánico, con conciertos, números acrobáticos y un puesto de tatuajes temporales y permanentes que proponía diseños inspirados en la naturaleza.
También el Museo Chocostory apostó por el tatuaje, pero realizado en chocolate, mientras que el museo del cine, Cinematek, propuso presentaciones uniendo el cine mudo al teatro. Incluso el museo del Parlamento Europeo, Parlementarium, se sumó a la iniciativa con una competición de slam y una oficina de poesía.
En total participaron 24 instituciones culturales, las cuales recibieron un público compuesto en el 75 por ciento de personas menores de 35 años de edad.