"Este ha sido quizás mi último Consejo Europeo. Para mí siempre fue un placer", dijo Merkel en la rueda de prensa posterior a la segunda jornada de la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno celebraron en Bruselas.
Antes, en la sala de reuniones, los líderes europeos ovacionaron hoy a Merkel, poniéndose de pie y varios de ellos tuvieron palabras de homenaje para la canciller.
A lo largo de estos años "he intentado resolver los problemas", respondió la canciller a la pregunta de un periodista sobre cuál es su respuesta a las voces críticas que apuntan a que su gestión ha aupado al poder a líderes euroescépticos como el primer ministro húngaro, Viktor Orban, o el polaco, Mateusz Morawiecki.
"Somos una sociedad libre y cada uno puede mostrar su opinión crítica. Desde mi punto de vista, he intentado resolver los problemas y si otros lo ven diferente, evidentemente tengo que vivir con ello", señaló.
Sobre la polémica sentencia del Tribunal Constitucional polaco que ha establecido que el derecho nacional tiene primacía sobre el europeo, Merkel dijo que "no se trata solo de un problema jurídico, sino también político".
Y aseguró que durante el debate que mantuvieron ayer al respecto los líderes europeos, hubo un "amplia sintonía" en que "la correcta" manera de solucionarlo es "con respeto los unos con los otros".
"Tenemos que salir de esta espiral" de confrontación, continuó Merkel.
Sobre la que probablemente será su última cumbre europea, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que "una cumbre sin Angela es como Roma sin el Vaticano o París sin la Torre Eiffel".
Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, dijo que la marcha de Merkel dejará "un gran hueco" en Europa y definió a la dirigente alemana como "una máquina del compromiso".
Mientras el canciller austriaco, Alexander Schallenberg, la definió como "un remanso de paz en el seno de la UE".