Merkel intervino ante el Bundestag (Cámara baja del Parlamento) en una sesión de preguntas al Gobierno que abrió con una breve declaración a propósito del semestre que comienza para describir los retos que se le plantean a Berlín.
La canciller reiteró que la UE se enfrenta a "tiempos difíciles" y adelantó que la presidencia semestral de turno alemana del Consejo "estará marcada por la pandemia y por la gestión de sus consecuencias".
La frase con la que resumió el empeño al que se enfrenta la UE se hace eco del lema en alemán de la presidencia de turno ("Juntos. Volver a hacer fuerte a Europa"), pero que en su versión en inglés se aleja de una traducción próxima al fijarlo como "Juntos por la recuperación de Europa".
Un distanciamiento semántico del "Make America great again" ("hacer que Estados Unidos sea grande de nuevo") del presidente Donald Trump que no pasó desapercibido en la voz de la canciller, a quien este miércoles el "Süddeutsche Zeitung" bautizaba como "la canciller de Europa".
Merkel aludió en sus palabras ante los diputados al reto que se plantea a los socios de la UE por la aprobación del paquete multimillonario de medidas que, en forma tanto de subvenciones a fondo perdido como en préstamos, está llamado a reparar las consecuencias de la pandemia.
POSICIONES "TODAVÍA ALEJADAS" ENTRE LOS 27
Aludió la canciller a que las posiciones entre los socios de la Unión Europea respecto al plan de reconstrucción propuesto por la Comisión Europea "todavía están alejadas", pero que confía en que se puedan superar las diferencias en las próximas semanas.
La canciller reiteró que la UE se enfrenta a "tiempos difíciles" y adelantó que la presidencia semestral de turno alemana del Consejo "estará marcada por la pandemia y por la gestión de sus consecuencias".
"Son tiempos muy serios", insistió la canciller, que sin embargo destacó por ejemplo que las medidas de gestión de la pandemia en Alemania permitieron "salvar vidas con métodos inteligentes".
Merkel, sin embargo, dejó ahí las comparaciones con su gestión como jefa del Gobierno al evocar los retos a los que se enfrenta de manera más amplia como presidenta de turno del Consejo de la UE.
En sintonía con el giro aplicado en los últimos tiempos a su percepción de los problemas de la UE, la canciller aludió al fondo de reconstrucción propuesto por la Comisión Europea tras la iniciativa formulada por ella misma y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Dijo que el paquete mezcla de subvenciones a fondo perdido y préstamos de hasta 750.000 millones de euros y que todavía los 27 tendrán que acordar en sus detalles tiene que ser "un instrumento presupuestario".
En ese sentido, indicó que los fondos deberán distribuirse entre los Estados miembros en función no de la aplicación del criterio de su población sino en la medida en que esos países han sufrido más seriamente las consecuencias de la pandemia.
La canciller aludió indirectamente a las resistencias de algunos Estados miembros de la UE a admitir un plan que contenga subvenciones a fondo perdido y apeló a los beneficios que aporta la pertenencia de todos al mercado interior comunitario.
Reconoció que lo importante "es que el mercado interior siga funcionando" y recordó que Alemania es consciente de los beneficios que obtiene precisamente de que eso sea así y que para ello es determinante la aportación de todos los países de la UE.
NUEVO TONO, NUEVAS PRIORIDADES
El cambio de tono y de directrices protagonizado por Merkel, quien deja la Cancillería el próximo año mientras suben sus apoyos y los de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) por la gestión de la crisis del coronavirus, queda evidente por las prioridades formuladas por la jefa del Gobierno alemán.
Doce años después de que Merkel se situara en posiciones de extrema insolidaridad vista desde los países del sur de la UE por su actitud frente a la crisis financiera y su negativa a compartir el riesgo del endeudamiento común, la canciller recibe inusitados elogios.
Hoy el citado "Süddeutsche Zeitung" escribía: "Angela Merkel es sinónimo de una Alemania que ha redescubierto su equilibrio europeo y podría ganar un poder que debería ser visto con humildad por cualquier futuro líder".
La canciller no olvidó en su intervención ante los diputados del Bundestag que, además de las consecuencias de la pandemia, existen otros retos que deberá afrontar la presidencia alemana, como el Brexit.
Sin embargo, el asunto de las relaciones futuras con el Reino Unido, pasado a segunda línea de importancia ante la urgencia de la pandemia, mereció una limitada referencia de la canciller: "Debemos prepararnos para el caso de que no haya acuerdo".
Merkel no dio la sensación de urgencia cuando apuntó a que la presidencia alemana se esforzará por alcanzar una "buena solución", aunque reconoció, eso sí, sin traslucir una gran preocupación, que las negociaciones con Londres no parecen avanzar realmente.