Durante un encuentro con periodistas, Menchú dijo sentirse "satisfecha" y "honrada" por ostentar el máximo reconocimiento mundial como defensora de los derechos humanos, y reafirmó su compromiso "de lucha" por mantener una posición inquebrantable con respecto a los retos que le toca asumir.
El 16 de octubre de 1992, Menchú fue designada como Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a la lucha emprendida en favor de los derechos humanos de los indígenas guatemaltecos que fueron víctimas de la represión militar durante los 36 años de guerra que padeció este país centroamericano.
El premio le fue entregado en Oslo (Noruega) el 10 de diciembre de ese año, y a partir de entonces ha sido galardonada con decenas de reconocimientos de diversas instituciones humanitarias, académicas y diplomáticas alrededor del mundo.
El Premio Nobel de la Paz "fue una de las conquistas más grandes y reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas de todo el continente americano", señaló Menchú.