La NSA interceptó más de 60 millones de llamadas en España entre diciembre de 2012 y enero de 2013, reveló el diario, que explicó que los servicios secretos no espiaron el contenido de las comunicaciones, pero sí tuvieron acceso a los números de serie de los aparatos, el lugar en el que estaban, el número de teléfono y la duración de la llamada.
Según la publicación, la NSA también accedió, a través de las operaciones con metadata, a información personal de los usuarios, a través del navegador de internet, el correo electrónico y redes sociales como Facebook o Twitter.
El viernes, después de que se revelara que la NSA espió a 35 líderes políticos mundiales, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró que no tenía "constancia de que España haya sido espiada".
De todas formas, el gobierno español convocó para el lunes al embajador de Estados Unidos en el país para recabar información sobre el supuesto espionaje.
El diario español El País apuntó el viernes a una vigilancia de los servicios secretos estadounidenses a políticos y miembros del gobierno español y un rastreo masivo de las comunicaciones telefónicas, SMS y correos electrónicos de millones de españoles.
Rajoy no adelantó si España se unirá a la iniciativa de Francia y Alemania de mantener conversaciones bilaterales con Estados Unidos para llegar a un acuerdo antes de finales de año sobre las relaciones a nivel de servicios secretos.
"Cuando tomo decisiones las tengo que tomar fundamentadas", afirmó Rajoy, que instó a esperar el resultado de la reunión con el embajador estadounidense. "Lo que hago es recabar información para enterarme de si las informaciones son ciertas", apuntó el presidente del gobierno.
Tras la cumbre celebrada en Bruselas la semana pasada, los países de la Unión Europrea (UE) encargaron a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, François Hollande, que esclarezcan con Estados Unidos el escándalo sobre el espionaje.
La postura común entre ambos países se alcanzó después de que el gobierno alemán expresara sus temores de que el teléfono celular de la canciller alemana pudo haber sido intervenido por la NSA. Además, un diario francés aseguró la semana pasada que los servicios secretos de Washington espiaron a civiles y personas relacionadas con el mundo empresarial y de la política.