Lula dice que su arresto fue "estupidez" de los militares

El ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sostuvo que fue una "estupidez" la decisión de la dictadura militar de arrestarlo en 1980, cuando estaba al frente de una huelga de metalúrgicos que paralizó las actividades de la industria automotriz en la región industrial de ABC, en Sao Paulo.

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El ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

Las declaraciones de Lula a la Comisión Nacional de la Verdad (CNV), que investiga las violaciones de los derechos humanos durante el período dictatorial (1964-1985), fueron formuladas este lunes en Sao Paulo y divulgadas hoy por el grupo de investigadores, que mañana entregará su informe final a la presidenta Dilma Rousseff.

En su testimonio ante dos integrantes de la CNV, Lula suministró detalles sobre los 31 días que pasó en la cárcel y también comentó la vigilancia de los militares sobre sus actividades como líder del Sindicato de Metalúrgicos de la ciudad industrial de Sao Bernardo do Campo en la década de los 70.

"Ellos me vigilaban en las salas de cine. En las asambleas (sindicales), veíamos que ellos estaban allá. A veces, (aparecían) disfrazados en el bar del sindicato. Además, estacionaban un vehículo en la puerta de mi casa y pasaban la noche allí. A veces, para molestar, Marisa (su esposa, Marisa Leticia da Silva) hacía preparar un café y les ofrecía. Ellos me monitorearon y me acompañaron por unos tres o cuatro años antes de la detención", afirmó.

Al recordar su arresto, Lula afirmó que fue detenido en razón de una huelga iniciada 17 días antes y que, según su evaluación, ya estaría por terminarse.

"Los militares hicieron la estupidez de arrestarme, porque no había forma de seguir la huelga. Y, cuando me arrestaron, ¿qué pasó? Fue una motivación más para la continuación del paro... La huelga se prolongó por casi 30 días más", expresó.

El ex presidente, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, afirmó que, después de ser detenido, llegó a temer por su vida, pero ese recelo desapareció cuando escuchó la noticia de su arresto por la radio del vehículo policial que lo llevaba a la cárcel.

Lula afirmó que, gracias a las manifestaciones por su liberación, no sufrió malos tratos y hasta obtuvo algunos "privilegios", como el permiso para visitar a su madre enferma.

Además, en una ocasión, logró convencer al entonces jefe de la Delegación de Orden Político y Social (DOPS), Romeu Tuma, para que le trajera un equipo de televisión para seguir un partido de futbol de su equipo del corazón, el Corinthians. (DPA)