"Además de los cinco atacantes, el balance de muertos del ataque contra Counterpart International aumentó a nueve", afirmó a Efe el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Nasrat Rahimi.
Entre los muertos en el ataque, que comenzó a medio día y se extendió durante seis horas hasta que los insurgentes fueron abatidos, se incluyen cinco miembros de las fuerzas de seguridad, un guardia de la ONG y otros tres civiles.
Los civiles trabajaban para la ONG humanitaria Care Internacional, cuyas oficinas se encuentran junto a las de la organización atacada.
"Las oficinas están muy cerca unas de otras y en un primer momento no estaba claro si el objetivo era Care o Counterpart", explicó Rahimi.
El portavoz dijo que las autoridades han completado la investigación inicial del ataque coordinado y la zona ha vuelto a la normalidad, después de que el tráfico se viese paralizado durante horas en la que es una de las áreas más concurridas de Kabul.
El ataque comenzó cuando un atacante detonó un vehículo cargado de explosivos a la entrada de Counterpart International, tras lo que otros cuatro insugentes equipados con armas y explosivos entraron al recinto, explicó a Efe un portavoz de la Policía capitalina, Firdaws Faramarz.
La potencia de la detonación fue tal que destruyó varios coches aparcados en oficinas cercanas, al tiempo que causó daños a edificios, afirmó, antes de añadir que "los cuatro atacantes murieron en choques con las fuerzas especiales".
"Los talibanes atacaron un blanco vulnerable ya que, a diferencia de las instalaciones militares, las medidas de seguridad de esta ONG humanitaria no eran tan elevadas", dijo Faramarz.
Aún así, la Policía deberá investigar cómo los talibanes consiguieron introducir un coche cargado de explosivos en una zona de alta seguridad.
Counterpart International se encuentra junto a edificios gubernamentales como uno de los departamentos de la Oficina del Fiscal General.
Los ataques contra ONG se han producido con frecuencia en el pasado, aunque en el último año y medio los talibanes han reducido significativamente su número.
Esto podría cambiar, de acuerdo con un comunicado publicado hoy por los insurgentes.
Los talibanes acusaron a la "ONG estadounidense" de recopilar información y jugar "un papel clave" en la operaciones de las tropas afganas e internacionales.
El ataque estaba dirigido a "vengar los brutales asesinatos de cientos de civiles" y "no será el último, en el futuro próximo pagarán un precio incluso mayor", amenazaron.
Los insurgentes han mantenido en los últimos meses varias rondas de negociación para la paz con representantes estadounidenses en los países del Golfo.
La semana pasada, unos 3,200 líderes tribales, políticos y ciudadanos influyentes se reunieron en Kabul para analizar unas posibles negociaciones de paz con los talibanes y pidieron un alto el fuego y un diálogo "intra-afgano".