"Tenemos que ser muy numerosos mañana para exigir la retirada de esa reforma injusta y llevar la movilización hasta el final, hasta que el Gobierno entienda que no hay otra salida que retirar el texto", declaró la nueva líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, al término de la entrevista.
La reunión entre la intersindical y el Ejecutivo, celebrada en el Palacio de Matignon, terminó con un "fracaso", según los sindicatos, y en un clima de desconfianza mutua, justo en la víspera de la undécima jornada de huelga y protestas contra la reforma, recrudecidas desde que, a mediados de marzo, el Gobierno la aprobase prescindiendo de un voto en la Asamblea.
Los líderes sindicales indicaron que, además de la retirada de la reforma, pidieron explicaciones a Borne sobre "la violencia policial" que juzgan que hubo en las últimas protestas, en alusión a la movilización ecologista de Sainte-Soline el 25 de marzo o a la de París del 23.
La reunión con Borne apenas duró una hora porque los dirigentes de los sindicatos se levantaron de la mesa después de que Borne confirmase que no iban a retirar la norma. "La primera ministra ha dicho que quiere mantener su texto, una decisión grave", dijo Cyril Chabanier, presidente del sindicato CFTC.
Después de que los sindicatos detallaron su versión, Borne compareció ante los medios para intentar mostrarse conciliadora, a pesar de los nulos avances, e insistió en la importancia de la reforma aprobada, con la que el Ejecutivo calcula que equilibrará el actual déficit del sistema de las pensiones.
"Hay muchos temas sobre los que coincidimos en que son importantes y de los que podremos discutir ulteriormente", dijo la jefa de Gobierno nombrada por el presidente francés, Emmanuel Macron.
"LA REALIDAD PARALELA DEL GOBIERNO"
Sin embargo, las organizaciones de trabajadores acusaron al Ejecutivo de "vivir en una realidad paralela".
"El mensaje que enviamos es que ponga los pies en la tierra y mire lo que pasa en el país", recalcó Binet, cuya organización -la segunda en número de afiliados- ha sido especialmente combativa contra la reforma.
La sindicalista criticó también la estrategia del "divide y vencerás" que estima que lleva a cabo la administración de Macron. "La intersindical (que agrupa a los ocho sindicatos contra la reforma) sigue unida y lo seguirá hasta el final", advirtió.
El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primera central del país), Laurent Berger, constató que la "oposición" a la reforma está lejos de perder fuerza y urgió a que "haya el máximo de trabajadores y de ciudadanos en las manifestaciones de mañana".
Los sindicatos responsabilizaron al Ejecutivo de un hipotético aumento de la violencia en las protestas, ya que consideran que no escucha al 70 % de los franceses opuestos al aumento de la edad de jubilación, según los sondeos.
Además, los sindicatos fueron más allá al tratar de influir en el Consejo Constitucional, al que pidieron "responsabilidad" ante su esperada decisión del próximo 14, que debe validar o no la ley, en lo que puede marcar un nuevo punto de inflexión en la crisis de las pensiones.
Para las centrales sindicales, el órgano de interpretación de la Carta Magna, presidido por el antiguo primer ministro socialista Laurent Fabius, debe "ver que nuestra democracia necesita calma" tras casi tres meses de protesta social.
En la víspera de la undécima movilización, a las puertas de las fiestas de Pascua en Francia, está previsto un dispositivo policial robusto, aunque algo menor que en otras citas.
Se desplegarán en el país 11,500 agentes, de los que unos 4,000 estarán en París. .