Este jueves, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, aseguró que se está trabajando para atajar el problema, que achacó a la gran carga de trabajo que hay en muchos laboratorios como consecuencia del rápido avance del virus en otras zonas del país.
Mientras que Nueva York ha conseguido controlar la pandemia tras ser durante la primavera el gran foco a nivel mundial, otros estados de EE.UU. están viendo ahora mismo cómo se disparan los números de casos.
Ello, según De Blasio, ha afectado también a Nueva York, al desbordar algunos de los laboratorios que se estaban utilizando.
El alcalde, en una conferencia de prensa, admitió que se ha pasado por una temporada "muy mala" en cuanto a la velocidad de los resultados de las pruebas, pero aseguró que la situación está comenzando a mejorar tras algunas medidas, entre ellas una expansión del número de tests que analiza la propia red de centros reclutada por la ciudad y al uso de nuevos técnicas.
De Blasio insistió en que tener capacidad para hacer pruebas cada día a decenas de miles de personas es fundamental para mantener la enfermedad a raya.
"Queremos resultados rápidos. Queremos el mayor número de gente con pruebas. Y eso ha venido funcionando mayoritariamente hasta que hemos llegado a este problema técnico", apuntó.
En muchas ocasiones los neoyorquinos están teniendo que esperar más de una semana para recibir los resultados de sus pruebas, especialmente cuando se las hacen en las clínicas de atención rápida que abundan en la ciudad.
Mientras, la red de laboratorios puesta en marcha por las autoridades locales y estatales sigue siendo capaz de moverse con más rapidez.
El estado de Nueva York procesa alrededor del 70 % de las pruebas en esos laboratorios y la espera media para los resultados en ellos es de 2.6 días, según aseguró este jueves el gobernador, Andrew Cuomo.
Sin embargo, admitió, hay otros laboratorios que están necesitando regularmente de seis a diez días para analizar las muestras dado el gran número de pruebas que tienen en sus manos.
Cuomo, además, apuntó que hay preocupación sobre la capacidad que habrá disponible cuando en el otoño llegue la próxima temporada de gripe y los laboratorios tengan que dedicar recursos a ella.
El temor de algunos políticos y expertos es que las largas esperas para conocer los resultados hagan inútil el sistema de rastreo que se ha creado con el fin de identificar y aislar rápidamente a los infectados.
Este miércoles, en el estado de Nueva York se llevaron a cabo 69,698 pruebas, con 811 positivos, lo que equivale a un tasa del 1.16 %, según informó Cuomo en una rueda de prensa.
Mientras, el número total de personas hospitalizadas por COVID-19 bajó hasta 706, su nivel más bajo desde el 18 de marzo, y los fallecimientos se situaron en 13 en la última jornada.
En total, desde el inicio de la pandemia, más de 25,000 personas han muerto en el estado de Nueva York por coronavirus, según las cifras de la Administración de Cuomo.