La sede del Consejo Europeo, cuyo edificio principal tiene forma de huevo, se transformará para la ocasión en una burbuja que se pretende esté libre de coronavirus a fin de garantizar que los jefes de Estado y de Gobierno puedan llevar a cabo la negociación del paquete de recuperación destinado a estimular la economía europea tras la pandemia.
La última vez que se vieron en persona fue en un Consejo Europeo extraordinario los pasados 20 y 21 de febrero precisamente para intentar cerrar el presupuesto plurianual, algo que fue imposible dadas las posiciones muy distanciadas de los países ya entonces, cuando la pandemia aún no había golpeado de lleno la economía europea.
Pocos días después, empezaron a extenderse los confinamientos por toda Europa con el fin de detener la propagación de la COVID-19 y los líderes empezaron a celebrar videoconferencias que, según fuentes consultadas, no permitían la misma intensidad a la hora de negociar asuntos complicados, como es ahora el fondo de recuperación.
DISTANCIA E HIGIENE
El primer paso adoptado para que el Consejo Europeo sea seguro es el de reducir drásticamente el número de personas presentes. Así, las delegaciones nacionales, que normalmente cuentan con una veintena de miembros, se reducirán a unos seis.
Los periodistas, acreditados en esas cumbres por cientos, tendrán prohibida la entrada al recinto, que entre sus dos edificios principales suma cerca de 300,000 metros cuadrados, aunque se permitirá el acceso a un "pool" de prensa técnica, camarógrafos o fotógrafos.
Los líderes tendrán que renunciar a los saludos protocolarios y llevar puesta una mascarilla que cubra nariz y boca en los momentos en los que haya riesgo de incumplir la consabida distancia física de seguridad, aunque durante el transcurso de la reunión podrán desprenderse de ella.
Los presentes en el Consejo Europeo tendrán a su disposición en todo momento geles desinfectantes, y para las comidas, está previsto que vayan a una sala más grande de lo habitual.
LA SALA DE REUNIÓN
El núcleo de la negociación del presupuesto para 2021-2027 y del fondo de recuperación tendrá lugar en la sala "en medio del huevo", la más grande con la que cuenta el edificio Europa, inaugurado en 2017, explican fuentes comunitarias.
Situada en la quinta planta, la sala tiene un aforo para más de 300 personas y es la que se utiliza en cumbres con organizaciones internacionales y multitud de países invitados, como las que reúnen a los miembros de la Unión Europea y la Unión Africana.
En cambio, sólo se utilizará de ella una pequeña fracción, de manera que un máximo de 32 personas se sentarán en la mesa principal, con tres o cuatro colaboradores por país situados en la parte de atrás de la habitación.
Los encuentros bilaterales, vitales en este tipo de cumbres tanto o más que la sesión plenaria, se podrán celebrar en salas anexas, respetando las distancias físicas.
Se ha cuidado que en las salas de reuniones exista aire fresco filtrado del exterior, no reciclado.
ALERTA ANTE SÍNTOMAS INFECCIOSOS
Si alguien cree que tiene síntomas debe decirlo rápidamente, recalcan las fuentes comunitarias.
Habrá disponible un doctor en el Consejo para examinar a cualquier persona que lo necesite y que, en caso de mostrar síntomas gripales, deberá abandonar el encuentro.
En el caso de ausencia de un líder, no está previsto que sea sustituido por otra persona de su delegación, de modo que, como es costumbre, tendría que depositar en otro jefe de Estado o de Gobierno la responsabilidad de representarlo.
RETO PARA LA PRENSA
Acostumbrados a seguir a solo unos metros de la sala de reunión lo que se cuece en el Consejo Europeo, esta vez los periodistas tendrán que asumir que no podrán estar presentes en el edificio ni poder hacer preguntas a la entrada y salida de los líderes, que no obstante podrán pararse y hacer una declaración ante cámaras de televisión que distribuirán las imágenes en directo.
La Asociación Internacional de Prensa (API), con la que el Consejo ha pactado las condiciones de cobertura informativa, hubiera preferido contar al menos con un acceso para que un grupo de periodistas pudiera hacer preguntas en persona.
Al término de la cumbre, previsiblemente el sábado, sí están previstas ruedas de prensa telemáticas de los líderes.
Desde las instituciones de la UE no se atreven a aventurar por el momento si después del verano la situación de la pandemia permitirá ir retornando a la normalidad, también para la prensa.