Los huelguistas reivindican un aumento salarial del 10.25 por ciento y un salario mínimo de 2,416 reales (unos 1,208 dólares), así como una elevación de su participación en el beneficio de los bancos.
El lunes, rompieron sus negociaciones con los bancos, que ofrecen un reajuste salarial del 6 por ciento y un salario mínimo de 2,014 reales (unos 1,007 dólares).
La asesoría de prensa de la Federación Nacional de los Bancos (Fenaban), consultada por Efe, dijo que la entidad no acostumbra realizar cálculos sobre empleados paralizados y que, tras lamentar la decisión de los huelguistas, espera que los sindicalistas regresen a la mesa de negociaciones.
Fenaban informó en un comunicado de que presentó sus propuestas para el nuevo convenio colectivo el 28 de agosto y que nunca recibió respuesta de los sindicatos sobre los puntos que quieren sean mejorados.
Para los sindicalistas, el sector bancario, que viene acumulando elevados beneficios en los últimos años, tiene condiciones de ofrecer un reajuste salarial que supere en 5 puntos porcentuales la inflación del último año (5.25 por ciento).
"Fueron los banqueros los que nos empujaron a la huelga. Pese a sus ganancias récord y a las elevadas primas para los ejecutivos, los bancos se niegan a atender nuestras reivindicaciones", afirmó el presidente de Contraf, Carlos Cordeiro, en comunicado divulgado por la entidad sindical.
"Fenaban reitera que confía en el diálogo porque sólo el acercamiento de las expectativas en la mesa de negociaciones permitirá alcanzar los entendimientos necesarios para firmar un nuevo convenio colectivo", informó la entidad.