"Una muerte siempre genera congoja, pena, más allá de las aproximaciones o diferencias ideológicas que uno podía tener con él”, dijo.
La ministra de Relaciones Exteriores aseguró que con la muerte de Castro “se cierra un capítulo importante de la historia latinoamericana", porque “sin hacer juicio de valor del contexto ideológico, no sólo marcó a la región, también marcó al mundo".
Agregó que a partir de ahora se realizará "un inventario de este capítulo, para asegurarnos de que aprendemos de las cosas, tanto de las negativas como de las positivas".
También reconoció que la muerte de Castro “tiene un impacto muy grande en el pueblo cubano tanto en los que están a favor como en los que están en contra".
La canciller advirtió que la nueva etapa cubana ya había comenzado desde 2006, cuando Castro dejó la presidencia por motivos de salud.
"El gobierno que continuó luego su hermano Raúl ha sido consciente de que necesitaba una evolución, un avance, dentro de una acción ideológica, eso es lo que estuvieron haciendo de una manera planificada", explicó.
Malcorra añadió que la llegada de Raúl Castro a la presidencia cubana “tuvo que ver con esa idea de ir produciendo cambios" que Fidel no podía liderar debido a su historia.
Por otra parte, deseó que el triunfo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no modifique la política de apertura hacia Cuba que encabezó el presidente Barack Obama.
La estrategia del actual gobierno, aseguró, "no sólo ha servido para abrir un vínculo entre Estados Unidos y Cuba, sino que ha servido también para terminar un capítulo entre Cuba y Latinoamérica porque el tema del embargo fue siempre una piedra en el zapato".