Rusia, que se abstuvo, fue el único de los quince Estados miembros que no respaldó el breve texto con el que se prorroga por otros doce meses esta autorización que se estableció inicialmente en 2016.
Actualmente, la operación naval europea "Irini" se encarga de vigilar el embargo de armas sobre Libia decretado por Naciones Unidas y tiene permiso para inspeccionar en alta mar buques sospechosos de transportar armamento.
Esa misión se estableció en 2020 con este propósito como elemento central, aunque también se ocupa de controlar posibles exportaciones ilegales de petróleo desde Libia y de informar sobre el tráfico de migrantes a través del Mediterráneo.
El embargo de armas a Libia fue impuesto por la ONU en 2011 en medio de los enfrentamientos entre el régimen de Muamar el Gadafi y la oposición armada, y actualmente tiene como objetivo principal evitar el suministro de armamento a las distintas milicias y grupos terroristas que operan en el país.