Los quince miembros del Consejo aprobaron por unanimidad la resolución 1,980, que renueva las sanciones establecidas por distintas resoluciones previas con la intención de lograr "la pacificación" y facilitar "el diálogo nacional", según indicaron fuentes diplomáticas francesas, país impulsor del nuevo texto.
El máximo órgano internacional de seguridad reconoce en su resolución que "Costa de Marfil sigue constituyendo una amenaza para la paz y la seguridad internacionales en la región", por lo que decide prorrogar hasta el 30 de abril de 2012 las distintas medidas establecidas con anterioridad, a petición, además, de las autoridades de Costa de Marfil.
Entre las sanciones destacan el embargo de la exportación de diamantes en bruto del país africano, así como las relativas al tráfico de armas y las sanciones de tipo individual que sirvieron para congelar los activos de Gbagbo y su círculo más cercano, y que los impiden viajar.
La principal diferencia en esta ocasión es que el Consejo se compromete a revisar el sistema del embargo de armas para incluir la posibilidad de que el nuevo gobierno de Alassane Ouattara pueda mejorar la situación de seguridad en el país africano, debilitada por el conflicto con el exmandatario Gbagbo.
En ese sentido se abre la puerta al "suministro de vehículos a las fuerzas de seguridad" marfileñas, así como a "a prestación de capacitación y asistencia técnicas en apoyo del proceso de reformas del sector de la seguridad, atendiendo a una petición del gobierno de Costa de Marfil y con la aprobación del Comité de Sanciones".
"El Consejo decide realizar un examen de las medidas prorrogadas a más tardar el 31 de octubre de 2011 considerando la posibilidad de modificar, levantar o mantener la totalidad o parte de las medidas, según los progresos alcanzados en el proceso de paz y lo que ocurra con la violación de derechos humanos y la celebración de elecciones parlamentarias", asegura además el texto.
El embajador de Costa de Marfil en la ONU, Youssoufou Bamba, celebró la adopción de la nueva resolución, un texto que "reconduce el embargo sobre las importaciones de armas y renueva las medidas de prohibición de viaje y congelación de bienes económicos de ciertas personalidades políticas ligadas a la crisis marfileña".
"Este régimen de sanciones nos parece necesario principalmente para consolidar el fin del estado de beligerancia que Costa de Marfil ha sufrido durante los últimos cuatro meses", indicó Bamba ante los miembros del Consejo de Seguridad.
El diplomático marfileño destacó la voluntad de su país de lograr "un desarrollo económico y social dentro de un clima de paz y de seguridad, lo que no puede ocurrir en un ambiente caracterizado por la gran circulación ilícita de armas".
"Esta resolución debe contribuir principalmente al regreso de la paz y la seguridad en Costa de Marfil", consideró Bamba sobre un texto en el que también se insta "a todos los combatientes armados ilegales a que depongan de inmediato las armas" y que expresa la "profunda preocupación" del Consejo por la presencia de mercenarios.
Según la resolución, se trata de mercenarios llegados principalmente "de países vecinos", por lo que se pide a las autoridades de Costa de Marfil y Liberia que "se coordinen para resolver esa cuestión".