Las ayudas permitirán solucionar los problemas de obtención de financiación en los mercados, y no constituyen una violación de las normas comunitarias de competencia, explicó la CE en un comunicado.
Los dos casos son separados, pero la Comisión los trató con el mismo análisis al ser muy similares.
Los dos fabricantes afrontaban sus proyectos en un contexto en el que hay mucha prudencia en los mercados a la hora de financiar proyectos arriesgados, por lo que las ayudas de París y Roma compensan "un mal funcionamiento del mercado" financiero, según la CE.
Francia prevé ofrecer un anticipo reembolsable de 143 millones de euros (alrededor de un 30 por ciento del total de los costes elegibles para recibir ayudas), y que será devuelto una vez que se haya logrado un nivel predefinido de ventas del nuevo aparato.
En el caso italiano, la ayuda será un préstamo de 272 millones de euros sin intereses y a devolver durante 19 años.
Ambas ayudas cubrirán parte de los gastos de investigación industrial y desarrollo experimental de los nuevos helicópteros.
Los servicios de la Comisión consideraron que estas dos ayudas públicas son "justificadas, proporcionadas y sin riesgo para la competencia".
Los dos proyectos prevén el desarrollo de nuevas aeronaves de tamaño medio (4-7 toneladas), el Eurocopter X4 y el Agusta Westland 169, que tendrán grandes innovaciones tecnológicas que permitirán reducir su impacto ambiental y los costes operativos, así como incrementar la seguridad de vuelo.
"Estos dos helicópteros aportarán progresos significativos", señaló en la nota el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, quien añadió que los proyectos incrementarán la competitividad industrial europea, por lo que las ayudas públicas "están plenamente justificadas".