Kobane, la ciudad, está en el norte de Siria, en la frontera con Turquía. Kobane, la combatiente kurda, es una de sus últimas habitantes. Junto con otros luchadores de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) defiende el enclave del asedio de EI, del que mañana martes se cumplen 100 días.
Los yihadistas atacaron Kobane el 15 de septiembre. Armados con tanques y armamento pesado avanzaron sobre la ciudad desde tres direcciones. En manos de los kurdos quedó tan sólo un paso hacia Turquía, en el norte.
La ciudad se convirtió pronto en el símbolo del sufrimiento de la población siria ante el avance de EI. Ante el avance de la milicia, unos 200,000 refugiados que se encontraban en pueblos cercanos se trasladaron al centro de la ciudad. Muchos siguieron huyendo hacia Turquía y en la ciudad, que tenía 50,000 habitantes, quedaron ahora sólo unos cuantos miles de combatientes para defenderla de los yihadistas.
Kobane se ha convertido también en símbolo de la resistencia y de la lenta decadencia de la milicia terrorista. No importa cuántos combatientes haya conseguir reclutar EI en los alrededores: más de tres meses después, no ha conseguido tomar la ciudad.
Según las últimas cifras del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, hasta principios de diciembre murieron casi 1,400 personas en la lucha por Kobane, la mayoría de ellos -más de 900- en el bando de EI.
Los combatientes de las YPG han recibido un amplio apoyo en su lucha contra los yihadistas. A finales de septiembre la coalición internacional liderada por Estados Unidos comenzó a lanzar ataques aéreos contra las posiciones de EI en la zona. Y un mes después llegaron a Kobane combatientes kurdos peshmerga procedentes del norte de Irak.
Los yihadistas de EI lograron avanzar hasta el centro de Kobane y tomar casi la mitad de la ciudad, pero después fueron expulsados hasta zonas periféricas, donde se encuentran ahora. Los kurdos sirios lograron también recuperan puntos estratégicos de los alrededores.
"Kobane hará historia por la resistencia sin precedentes y la constancia de su gente, a pesar de que la situación humanitaria empeora cada día que pasa", dijo a dpa el oficial kurdo Jaled Barkel.
A pesar de los éxitos militares, la situación en la ciudad es "catastrófica", apunta Barkel. Entre 5,000 y 7,000 habitantes han vuelto a los barrios recuperados, pero faltan medicinas y comida. "Casi todo tiene que pasar de contrabando", reconoce. "Pero nuestra gente es conocida por su habilidad para sobrevivir".
También Halaa Kobane confía en poder seguir resistiendo en la ciudad. Los éxitos logrados allí son para ella un indicador respecto a la guerra civil del país. "No luchamos porque nos guste la guerra", asegura. "Luchamos porque amamos la libertad". (DPA)