La jefa de Estado consideró que la Argentina "ha sentado doctrina" en las Naciones Unidas respecto a una futura ley internacional de quiebras y reestructuración de deuda de países soberanos "para que nunca más los buitres ataquen a cualquier país".
La implementación de una convención para el tratamiento de deuda de países es una iniciativa impulsada por la Argentina, con respaldo del G77+China, que busca frenar la embestida de los fondos especulativos de inversión, que en los últimos meses afectaron a la Argentina, pero antes también a otros países de la región.
"Es un día muy especial donde los argentinos nos debemos sentir muy orgullosos, porque en las Naciones Unidas se aprobó la resolución 68/304 que prevé la elaboración de una convención internacional de quiebras que se debatirá en la Asamblea del próximo año", dijo la mandataria en un acto en la Casa de Gobierno de Buenos Aires que fue transmitido en cadena nacional.
La presidenta pidió un "replanteo" a "todos los sectores de la oposición" que no respaldan el proyecto oficialista de Ley de Pago Soberano de la deuda y destacó el apoyo que logró la postura argentina en Naciones Unidas.
"Ser opositor también es una responsabilidad, no sólo ser gobierno", aseguró y enfatizó que hubo "extranjeros, países, que apoyan a la Argentina en esta lucha" y pidió a la oposición que "repiensen su voto" en el parlamento.
La resolución fue aprobada en la ONU con 124 votos a favor, 11 en contra y 41 abstenciones. La mandataria interpretó que los países que se abstuvieron de alguna manera apoyaron la resolución y dijo que entiende que eso se debe a que hay países que "tienen compromisos" por lo que no apoyaron directamente con un voto favorable.
Fernández de Kirchner felicitó a los países que apoyaron el proyecto: "Esto que se ha votado en la ONU lo han logrado los habitantes de este planeta con un mismo sentido común", dijo.
"Sabemos que muchos de los que se abstuvieron tienen compromisos y en cuanto a los que votaron en forma negativa (11) les digo que necesitamos más palomas y menos buitres", señaló.
Argentina presentará su propuesta concreta antes de fin de año. El proyecto plantea que si un país al reestructurar su deuda cuenta con la aceptación del 66 por ciento de los tenedores de bonos, el resto de los acreedores debe aceptar las condiciones como ocurre en el ámbito comercial, planteó el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof.
Esta iniciativa responde a la situación por la que atraviesa el país a partir de las decisiones tomadas por el juez estadounidense Thomas Griesa a favor del reclamo de fondos de inversión para que Buenos Aires les pague el cien por ciento de los bonos en "default" que poseen, sin los recortes que aceptaron el 92.4 por ciento de los bonistas que ingresaron en las reestructuraciones de 2005 y 2010.
El gobierno argentino anunció que no cumplirá el fallo del juez Griesa, que estableció el pago del país de una sola vez y en efectivo de unos 1,600 millones de dólares, lo que podría disparar demandas del resto de los "holdouts" y del 92.4 por ciento de los acreedores que aceptó las reestructuraciones.
Fernández de Kirchner envió en tanto al Congreso un proyecto para cambiar el agente y el lugar de pago de los bonos emitidos en las reestructuraciones, y que prevé también una reapertura del canje de deuda para los "holdouts".
Esto se debe a que el último pago de la deuda reestructurada de la Argentina fue trabado por el juez Griesa, que congeló los fondos que Buenos Aires depositó en el Bank of New York Mellon para ese fin. Al cambiar la sede de pago, la intención es evitar que los pagos vuelvan a quedar bloqueados por la Justicia estadounidense. (DPA)