El lunes, Kerry llegó en una visita sorpresa a Bagdad para impulsar la creación de un nuevo gobierno de unidad integrado por chiitas, sunitas y kurdos, en el que denominó "un momento de gran urgencia".
Todo ello en medio del avance de los extremistas sunitas del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), que ya controlan amplias partes del norte y oeste del país.
Según medios, también habrían tomado la mayor refinería petrolera de Irak en Biyi, donde se encuentra también una central eléctrica que abastece a la capital Bagdad.
Los kurdos gozan de una amplia autonomía en el norte Irak y tienen su propio gobierno. Pero recientemente aumentaron las voces que piden la creación de un estado kurdo autónomo.
En Bagdad, Kerry advirtió también contra los ataques del ISIS contra lugares santos de los chiitas, como la Mezquita Al Askari de Samarra, conocida también como la "mezquita dorada", que alberga las tumbas de dos venerados imanes chiitas considerados por esa corriente musulmana sucesores directos del profeta Mahoma. En 2006 los extremistas de Al Qaeda ya causaron una gran destrucción con una bomba.
"Naturalmente que todo el mundo entiende que Samarra es una línea importante", dijo Kerry. "Históricamente los ataques contra Samarra provocaron fueres problemas en Irak y ningunp queremos vivir eso ahora". De ahí que el gobierno estadounidense observe "muy al detalle" los movimientos en la región situada a unos 125 kilómetros al norte de Bagdad.
Tras una reunión con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, Kerry señaló que los 300 asesores estadounidenses en Bagdad cooperarán "muy muy estrechamente" con las fuerzas de seguridad iraquíes y que se instaurará un comando conjunto. (DPA)