Kerry viajó por la mañana a Jordania y Arabia Saudí para buscar el apoyo árabe a Abbas. Antes de partir declaró que había habido "conversaciones serias y positivas" con ambas partes aunque no habían sido fáciles.
Aún queda un duro camino por delante, si bien Kerry dijo estar convencido de que de alcanzarse el acuerdo de paz éste será "justo y equilibrado" y que mejorará la seguridad de todos los habitantes de la región.
"Sé que hay algunos allí afuera en ambas partes que cuestionan que la paz sea posible", señaló el funcionario en el que es su décimo viaje en menos de un año a la región. "Sé que hay un alto nivel de cinismo y reserva ante las posibilidades, pero yo tengo claro que podemos trabajar para superar las brechas que existen y podemos lograr un acuerdo de estatus final que derive en dos estados para dos pueblos si seguimos centrados y tenemos en mente los beneficios de hacerlo".
Por la tarde, Kerry volverá a Jerusalén para mantener nuevos encuentros. El secretario de Estado propone un acuerdo marco con los puntos principales para un futuro acuerdo de paz, pero su iniciativa ha sido muy criticada por algunas voces tanto israelíes como palestinas. Desde el jueves se ha reunido varias veces con Abbas y Netanyahu.
El ministro de Inteligencia israelí, Yuval Steinitz, se expresó hoy en cambio con pesimismo. "Tenemos grandes dudas sobre si Abu Masen (Abbas) realmente quiere un acuerdo de paz o sólo un pedazo de papel", dijo a Radio Israel. El líder opositor Yitzhak Herzog habló en cambio de "una oportunidad histórica" para la paz.
Kerry añadió que pese a todo no sabe si "las piezas del puzzle acabarán encajando o cayendo al suelo", pero que es optimista y se ha fijado una fecha límite, si bien se negó a decir cuál es.
El secretario de Estado está intentando revivir las conversaciones de paz iniciadas en julio y que en principio tienen que terminar con un acuerdo marco en mayo.