El viaje se produce cuando la tormenta política ya ha amainado: el pasado 29 de octubre en Roma, en la víspera de la cumbre del G20, los presidentes de Francia y de Estados Unidos, Emmanuel Macron y Joe Biden, sellaron su reconciliación en la que fue su primera reunión tras esa crisis desatada en septiembre.
"Estoy deseando tener muchos días de discusiones productivas que refuercen nuestra relación", dijo Harris, que está acompañada de su marido, Douglas Emhoff.
Este lunes había destacado que la alianza con Francia es la más antigua de Estados Unidos y una de las más sólidas, y señaló querer hablar con Macron del trabajo conjunto sobre los retos actuales más urgentes, desde la crisis climática y sanitaria a otras cuestiones de seguridad regional.
Su agenda de este martes incluyó una visita al Instituto Pasteur para reunirse con científicos estadounidenses y franceses que trabajan en la lucha contra la pandemia. Allí recordó que su madre, científica, colaboró en ese centro francés en la década de los 80 en una investigación sobre el cáncer de mama.
Este miércoles, que es la víspera tanto del Día de los Veteranos en EE.UU. como de la conmemoración del armisticio de la Primera Guerra Mundial en Francia, Harris y su marido visitarán el cementerio de Suresnes, donde hay enterrados cientos de soldados estadounidenses fallecidos durante esa contienda.
También mantendrá en el Elíseo una reunión con Macron de la que no se esperan declaraciones.
El jueves se sumará en París a la celebración del armisticio y participará en la apertura del Foro de la Paz, encuentro internacional que impulsa el multilateralismo.
Antes de volver a Washington, la vicepresidenta estadoounidense intervendrá el viernes en la Conferencia Internacional sobre Libia, centrada en la situación en ese país, que tiene programadas elecciones presidenciales para el próximo 24 de diciembre.