Japón aprueba una ley que subirá los impuestos para la reconstrucción

El Parlamento de Japón aprobó hoy una ley que permitirá subir los impuestos para financiar la costosa reconstrucción de las zonas arrasadas por el devastador terremoto y el tsunami del pasado marzo.

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La norma permitirá al gobierno incrementar algunas tasas partir del año fiscal 2012, que comienza el próximo abril, además de subir el impuesto sobre la renta durante 25 años a partir de 2013.

El dinero recaudado con los aumentos impositivos servirá para cubrir los intereses derivados de la emisión de nueva deuda soberana, los llamados "bonos para la reconstrucción", con los que Japón busca obtener 11.5 billones de yenes (110,000 millones de euros) para rehabilitar las zonas arrasadas.

Para los analistas, el incremento de impuestos, recomendado desde hace tiempo por la OCDE y el FMI, refleja el compromiso del primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, con una rigurosa política fiscal en Japón, el país con la mayor deuda pública del mundo industrializado.

La OCDE calcula que, para 2013, la deuda pública de Japón alcanzará el 230 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), lo que llevará sus finanzas públicas a "territorio desconocido", según un informe difundido el lunes por el organismo.

La recaudación fiscal contribuirá a los fondos que el gobierno nipón necesita para aplicar los programas de reconstrucción en los próximos cinco años, pese a que algunos analistas han advertido de que este incremento impositivo podría dañar el consumo interno.

La ley aprobada hoy también contempla la venta de algunos activos públicos, entre ellos la cuota que el Estado posee en la tabacalera Japan Tobacco, para obtener ingresos suplementarios para la reconstrucción del noreste, indicó la agencia local Kyodo.

La catástrofe de marzo, la peor sufrida por Japón desde la segunda guerra mundial, obligó al gobierno a aprobar tres presupuestos extraordinarios, por un total de 18.1 billones de yenes (unos 173,800 millones de euros), para afrontar la rehabilitación y la gestión de la crisis nuclear abierta en la central de Fukushima.

En esos presupuestos una importante fracción es para promover las pequeñas y grandes empresas de la región, mientras que también se destinaron unos 2 billones de yenes (unos 19,000 millones de euros) a combatir la fortaleza del yen, que resta competitividad a las exportaciones de la tercera economía mundial.