Poco más de tres millones de irlandeses están llamados hoy a las urnas para pronunciarse entre las 06:00 y las 21:00 GMT sobre la supresión de la Cámara Alta, propuesta por el Ejecutivo de coalición como una de las reformas políticas más ambiciosas en la historia del país.
Irlanda, con 4.6 millones de habitantes, es el primer país europeo que consulta a su ciudadanía sobre la abolición de la Cámara Alta, si bien otros vecinos de similar tamaño ya decidieron prescindir de un órgano que Dublín califica de "irrelevante", "elitista" y "anticuado", aunque reconoce que puede ser necesario para grandes países federales.
A pesar de que la lluvia no ha hecho hoy acto de presencia y las temperaturas son agradables, la participación a media tarde, según la cadena pública RTE, era todavía baja respecto a consultas anteriores, si bien por lo general tiende a subir al final de la jornada laboral. Los resultados se conocerán mañana.
Aunque las últimas encuestas dan un apoyo superior al 60 por ciento al "sí", el alto número de indecisos y una asistencia pobre a las urnas podrían arrojar un resultado más ajustado de lo previsto.
De hecho, no resultaba difícil encontrar hoy en los centros de votación a ciudadanos dispuestos a dar una segunda oportunidad al Seanad Éireann (Senado de Irlanda en gaélico), incluso si su eliminación reduciría el número de políticos y ahorraría al Estado, según el Gobierno, hasta 20 millones de euros anuales.
Fergal Whelan, sindicalista, no está de acuerdo con la forma en que un reducido y selecto electorado, casi todos políticos, elige a los 60 miembros del Seanad, pero opina que toda "democracia necesita dos Cámaras" para controlar al poder.
"Creo -señaló- que la propuesta del Gobierno es cínica y oportunista, lo que tiene que hacer es reformar el Senado".
Esa es la tesis defendida por el Fianna Fail, el principal partido de la oposición y el único a favor del mantenimiento del Seanad.
Su líder, Michéal Martin, aseguró hoy a través de su cuenta de Twitter que durante las "últimas 24 horas" la campaña del "no" a la abolición del Seanad "ha recibido un gran impulso".
"Todo ciudadano -escribió el dirigente centrista- tiene la oportunidad de forzar la mano del Gobierno y reclamar una reforma política real".
Donna McGuinnes, ama de casa de 46 años, tampoco quiere un Gobierno con "total poder" para decidir sobre el futuro del país y el Senado, dice, todavía puede "poner freno".
"Creo que hay demasiados políticos en el país, pero sería más adecuado reducir el número de diputados en el Dáil (la Cámara Baja del Parlamento irlandés), donde hay demasiados y contribuyen muy poco", arguyó McGuinness.
En caso de victoria del "sí", la supresión del Seanad iría acompañada de la eliminación de ocho de los 166 escaños de la Cámara Baja (Dáil), cuya nueva composición entraría en vigor después de las próximas elecciones generales, previstas para 2016.
Establecido en 1937 en su actual forma, el Seanad tiene poderes para efectuar recomendaciones sobre un proyecto de ley y, aunque no puede bloquearlo, puede retrasar el proceso durante un periodo de hasta tres meses.
Alguna de esas recomendaciones, opina Alan Bracken, de las juventudes del Fianna Fail, han contribuido a "mejorar significativamente" el contenido de ciertas leyes.
El Senado, añade, también "ha hecho un trabajo maravilloso promoviendo asuntos sociales, como los derechos de los homosexuales, (un tema) muy espinoso en la católica Irlanda".
Además de la abolición de la Cámara Alta, el electorado irlandés también se pronuncia hoy en la consulta sobre el establecimiento de un nuevo Tribunal de Apelación que ayude descongestionar el trabajo del Tribunal Supremo.
El recuento de los sufragios comenzará el sábado a las 09:00 GMT y se espera que el anuncio de los resultados finales se produzca a primera hora de la tarde. (EFE)