Irán tienen prevista una nueva reunión con el G5+1 en Alma Atá para los próximos días 5 y 6 de abril, respecto a la cual ambas partes han mostrado un cierto optimismo en poder avanzar hacia un acuerdo, tras un acercamiento en esa misma ciudad kazaja el pasado febrero.
"Lo ocurrido en las conversaciones con el G5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) no se puede considerar preludio de un diálogo entre Irán y EU, porque su comportamiento ha demostrado que no coinciden sus palabras y sus hechos", dijo el parlamentario Seyed Sharif Huseini.
Huseini, miembro de la Junta de Gobierno de la Cámara, consideró que "el comportamiento y las acciones de (EU) en la zona están dirigidas a confundir a la opinión públicas, por lo que la supuesta disposición de EU para conversar con Irán no se debe tomar en serio".
La postura de Huseini se une a la de otros diputados con influencia en el Legislativo que ayer mostraron su escepticismo sobre la propuesta de conversaciones directas de Washington, al coincidir en que éstas tendrían que ser en pie de igualdad.
Para ellos, si Washington, que tiene rotas las relaciones con Teherán desde 1980, quisiera entablar negociaciones, debería revisar su forma de dirigirse a Irán y dejar de imponer sanciones al país.
Estas declaraciones se producen después de que, el pasado día 21, el líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, declarara: "Yo no me opongo a la negociación (directa con EU) respecto a la cuestión nuclear, pero algunas cuestiones deben aclararse".
Jamenei dijo que, en su opinión, el Gobierno de EU es "el centro de las conspiraciones y el origen de la hostilidad contra la nación iraní", por lo que mostró su desconfianza sobre las recientes propuestas de negociación directa.
El pasado 2 de febrero, el vicepresidente de EU, Joe Biden, dijo que su país "estaría dispuesto a mantener una reunión bilateral, siempre que no sea secreta" con Irán para hablar de un temario concreto.