Sin embargo, esta situación podría revertirse si el mundo concentrara sus esfuerzos en garantizar la equidad y mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas en circunstancias más desfavorecidas.
El informe Estado Mundial de la Infancia, publicado hoy por UNICEF, describe un panorama poco alentador sobre el futuro que le espera a los niños y niñas más vulnerables, si los gobiernos, las empresas y las organizaciones internacionales no aceleran los esfuerzos para responder a sus necesidades.
"Negar a cientos de millones de niños una buena oportunidad en la vida significa algo más que amenazar su futuro: al exacerbar los ciclos intergeneracionales de desventaja, se está poniendo en peligro el futuro de sus sociedades", dijo Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF.
"Tenemos una opción: invertir ahora en estos niños o permitir que nuestro mundo sea aún más desigual y esté más dividido", agregó.
El informe señala que se han logrado avances considerables en la tarea de salvar las vidas de miles de niños y niñas, y de lograr que vayan a la escuela, así como de sacar a muchos de ellos de las condiciones de pobreza en las que vivían.
Si bien ha habido avances importantes en la situación de los niños en el mundo, especialmente en la mortalidad de menores de cinco años desde mediados de los años 90, la inversión en la niñez y adolescencia más vulnerable es clave para generar beneficios inmediatos y a largo plazo.
UNICEF indica que el progreso no ha sido igual en todos los países, ni justo, ya que los niños más pobres tienen el doble de probabilidades de morir antes de cumplir cinco años de edad y de sufrir desnutrición crónica que los niños y niñas con mayores recursos.
"La desigualdad no es inevitable ni insuperable. Obtener mejores resultados en la niñez más vulnerable, aplicar soluciones integrales a los desafíos que enfrentan los niños y las niñas, establecer formas innovadoras de abordar problemas, realizar inversiones más equitativas y aumentar la participación de las comunidades, son medidas que pueden ayudar a brindar oportunidades justas para niños, niñas y adolescentes - y para la sociedad en su conjunto - desde el comienzo de la vida", sostiene el informe.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU enfatizan la necesidad de erradicar la pobreza y generar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos, como parte de las metas a cumplir para 2030.
Situación en México
Al presentar el Informe en México, Isabel Crowley, Representante de UNICEF en este país, afirmó que a pesar de los logros a nivel nacional las niñas, niños y adolescentes se siguen viendo afectados por cuatro dimensiones principales de desigualdad, es decir, el ingreso de los hogares en los que habitan, su origen étnico, su lugar de residencia y el género.
El reporte menciona que en 2014, 53.9 por ciento de la población de 0 a 17 años en México (21.4 millones) se encontraban en situación de pobreza.
En 2015, el analfabetismo en personas de 15 años o más a nivel nacional era de 5.5 por ciento y en hablantes de lenguas indígenas fue de 23 por ciento; de éstos, el 32 por ciento fueron mujeres.
Además, a nivel nacional la prevalencia de baja talla en menores de cinco años en las áreas rurales (20.9 por ciento) es casi el doble de la prevalencia en las áreas urbanas (11.1 por ciento). También se ha notado una brecha importante en la prevalencia de desnutrición entre la población indígena y no indígena (33.5 por ciento y 11.7 por ciento respectivamente).
"Las vidas de millones de niños y niñas en todo el mundo están condicionadas por el hecho de haber nacido en un país determinado o en una comunidad concreta. Ir a la escuela o no, vivir en pobreza o no, o tener más posibilidades de morir depende en ocasiones de algo tan concreto como el origen étnico o el género", lamentó.
"En México, y en el resto del mundo, incluso antes de haber nacido, millones de niños y niñas quedan marcados por la inequidad. Si no aceleramos el ritmo para llegar a ellos, a las niñas y niños más vulnerables, millones de vidas se encuentran en peligro", agregó.
Crowley comentó que el acceso a la tecnología ha facilitado la tarea de dar ayuda básica y de ampliar las oportunidades para niñas, niños y familias vulnerables del país. No obstante, indicó, los obstáculos para llegar a estas personas no son de naturaleza técnica, sino vinculados con el compromiso político, los recursos y la voluntad colectiva.
"No hay soluciones mágicas, sólo es necesario unir las fuerzas para abordar de frente la inequidad y la desigualdad concentrando una mayor inversión y esfuerzo en las niñas y niños más desprotegidos y vulnerables. Tenemos toda la información, ahora nos falta actuar. Empecemos ahora mismo, porque si no aceleramos nuestros progresos, para 2030, fecha fijada para lograr los ODS, en México y en el mundo seguiremos observando grandes desigualdades", advirtió.
"La inequidad no es inevitable. La inequidad es una elección. Promover la equidad, una oportunidad justa para todos y cada uno de los niños y niñas es también una elección. Una elección que podemos tomar y que debemos tomar en favor de su futuro y del futuro de México y el mundo", concluyó.