El claustro, primera obra de gran envergadura de la Iglesia Católica en 50 años de Revolución, remplazará al antigüo seminario en el Casco Histórico de La Habana y en sus instalaciones, a 17 kilómetros de esta capital, se formarán los futuros sacerdotes cubanos.
La presencia del presidente Castro, quien asistió vestido de civil, en la ceremonia mostró la continuidad en el acercamiento entre la cúpula católica de la isla y las autoridades cubanas, que en la década de 1960 vivieron momentos de mucha tensión en sus relaciones.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) anunció la asistencia de unos 300 invitados a la inauguración del seminario, entre ellos representantes del Vaticano y una delegación de la Orden Caballeros de Colón de Estados Unidos.
La primera piedra del nuevo seminario, bendecida por el Papa Juan Pablo II durante la misa que presidió en La Habana el 25 de enero de 1998, fue colocada por el cardenal Ortega, arzobispo de La Habana, el 3 de octubre de 2005, mientras las obras comenzaron en julio de 2006.