Los dos líderes tienen previsto anunciar un nuevo acuerdo fronterizo por el que los dos países aumentarán su coordinación para compartir inteligencia y facilitar el comercio bilateral.
Uno de los aspectos más controvertidos del acuerdo será la implementación de un sistema único de entrada y salida entre los dos países lo que permitirá controlar más fácilmente los viajeros que se desplazan entre Estados Unidos y Canadá.
Harper también insistirá ante Obama sobre la necesidad de completar el controvertido oleoducto Keystone XL que debería transportar petróleo de los yacimientos de Alberta (Canadá) a las refinerías estadounidenses del Golfo de México.
El proyecto, al que se oponen organizaciones defensoras del ambiente a ambos lados de la frontera, fue retrasado el mes pasado por la administración del presidente Obama pero varios estados y el Partido Republicano presionan a Washington para que agilice la construcción del oleoducto.