"Es hora de que todas las partes reconozcan que no existe una solución militar y que es fundamental preservar la unidad y la estabilidad de Etiopía, que son fundamentales para la región y más allá", dijo Guterres en unas declaraciones a los medios.
El secretario de la ONU apuntó que hacía este llamamiento para darle una "oportunidad a la paz".
Guterres resaltó que las condiciones humanitarias son "infernales", que millones de personas necesitan ayuda, que la infraestructura ha sido destruida y que "la expansión del conflicto ha atrapado a más personas en el horror".
"Hemos escuchado relatos de primera mano de mujeres que han sido sometidas a una violencia indescriptible", dijo.
Asimismo, subrayó que la ONU continuará trabajando junto con la Unión Africana y sus socios regionales e internacionales "para apoyar al pueblo etíope en el camino hacia la paz y la reconciliación".
El pasado 4 de noviembre estalló la guerra entre el Gobierno central y la región de Tigray, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lanzó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT) -que gobernaba la región hasta entonces- tras una escalada de las tensiones políticas durante los meses anteriores y en represalia por un ataque contra una base militar federal.
Aunque tras un "alto el fuego unilateral humanitario" anunciado el pasado 28 de junio el Ejército se retiró de varias ciudades -incluida Mekele (capital de Tigray)-, las fuerzas de la región vecina de Amhara, que habían anexionado de facto durante el conflicto el oeste de Tigray -sobre el que reclaman su derecho histórico-, permanecieron sin moverse.
Desde entonces, el conflicto se ha expandido a las vecinas Afar (este) y Amhara (oeste y sur).
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) aseguró hoy que la situación en Tigray "continúa siendo impredecible y volátil" y que las fuerzas tigreñas continúan sus movimientos en Amhara y Afar.
La OCHA subrayó que el acceso humanitario a la región continúa estando restringido y que solo hay una vía de acceso a través de la región de Afar, que es insegura.
Desde el inicio de la guerra, miles de personas han muerto, cerca de 2 millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75,000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.
Además, la ONU alertó a principios de julio de que ya hay unas 400,000 personas en condiciones de hambruna en Tigray y 1.8 millones al borde de ella.