Los activistas se introdujeron en una zona de aparcamiento del aeropuerto en la que se encontraba estacionada la aeronave, un Boeing 777 que no se encontraba entonces en servicio y en el que no había ningún pasajero, precisó a Efe una portavoz de la organización ecologista.
Varios de ellos proyectaron la pintura con ayuda de un espray y de un rodillo muy largo mientras otros subían a lo alto del avión con escaleras para desplegar pancartas en las que se podía leer, entre otras cosas, "La solución: menos aviones".
Se trataba, explicó la portavoz, de "denunciar las falsas soluciones" del Gobierno, y en particular del secretario de Estado de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari (antiguo piloto), que apuesta por una "aviación verde".
A juicio de la organización ecologista, las innovaciones tecnológicas en el sector no bastarán para hacer frente a los retos del cambio climático y cumplir con los objetivos de los Acuerdos de París, y "la solución es reducir el tráfico aéreo".
Los nueve militantes de Greenpeace que protagonizaron esta acción fueron conducidos a la comisaría que tiene la Gendarmería en el aeropuerto.
Su protesta se llevó a cabo en vísperas de la tramitación parlamentaria desde la semana próxima de un proyecto de ley sobre el cambio climático que incluye una disposición para prohibir los vuelos interiores en Francia cuando exista una alternativa de trayecto en tren de menos de dos horas y media de duración.
Una medida insuficiente para Greenpeace, que también pide el abandono de una decena de proyectos de extensión de aeropuertos y la promoción del tren para reemplazar al avión.