Perry, de 64 años, compareció voluntariamente en instalaciones del tribunal en Austin para que se le tomen las huellas dactilares y la obligatoria foto policial.
En la entrada, fue celebrado por seguidores. "Hoy estoy aquí porque creo en la ley", señaló. No se libró una orden de arresto en su contra.
El republicano, que es visto como un posible candidato a la presidencia en 2016, fue acusado el viernes de dos cargos de abuso de poder por tratar supuestamente de vetar la obtención de fondos para la oficina de una fiscal de distrito para forzarla a renunciar.
Rosemary Lehmberg, una demócrata que actuaba como fiscal de distrito del condado de Travis, fue condenada a 45 días de prisión por conducir ebria en 2013. Perry amenazó en ese entonces con vetar el financiamiento estatal para parte de su departamento si no renunciaba. La fiscal se negó, por lo cual el gobernador le quitó financiamiento.
Perry buscó sin éxito la nominación republicana a presidente en 2012 y se cree que volverá a intentarlo nuevamente en 2016.
Si el gobernador de Texas es hallado culpable de los cargos en su contra podría pasar entre cinco y 99 años en prisión solamente por el primer punto. Sin embargo, numerosos expertos en temas judiciales dudan que la demanda tenga éxito. (DPA)