Francisco cerrará ciclo histórico con canonización de Junípero Serra

Cuando el próximo miércoles canonice aquí a Fray Junípero Serra ante 25 mil personas, el Papa Francisco cerrará simbólicamente un ciclo iniciado más de dos siglos atrás por el franciscano español que trajo la fe católica a lo que se convertiría en Estados Unidos.

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“Él (Junípero) trajo la fe al nuevo mundo. Este Santo Padre es el primer Papa del nuevo mundo”, explicó el cardenal Donald Wuerl, arzobispo de la Arquidiócesis de Washington, al reflexionar en los paralelos entre las dos figuras históricas que se reencontrarán en un suelo distante al de sus inicios como predicadores de la fe.

La cita en cuerpo y espíritu tendrá lugar a la sombra de la Basílica de la Inmaculada Concepción, el mayor de los templos de la Iglesia Católica en Estados Unidos, que sin embargo resultará insuficiente para acomodar a los testigos presenciales de este histórico evento.

Wuerl apuntó que la demanda de feligreses para presenciar la misa de tres horas de duración ha sido tal que “por cada silla que podremos acomodar aquí, mi oficina ha recibido por lo menos 10 solicitudes”.

A menos de una semana del arribo del Papa Francisco, cientos de hombres y mujeres trabajan a marchas forzadas para trasformar el pórtico central de la Basílica de la Inmaculada Concepción en el escenario donde el sumo pontífice celebrará por primera vez una misa en suelo estadunidense.

Poco a poco el altar desde donde el Papa oficiará la misa de canonización el próximo miércoles ha empezado a cobrar forma, bajo la atenta mirada de personal de seguridad que resguarda desde ahora las obras y vigila los movimientos.

Los accesos a la Universidad Católica de Estados Unidos, en cuyos terrenos se levanta la Basílica, lucen ya acordonados con mallas metálicas y barreras de protección, parte de las medidas que ese día convertirán ese campus en uno de los lugares más vigilados de la capital y cuyo ingreso será controlado por el Servicio Secreto.

Los avances de los trabajos fueron supervisados por el Cardenal Wuerl quien explicó a periodistas las razones detrás de la selección de la Basílica para esta misa, que calificó como el escenario indicado para la ocasión.

“No puedo pensar en un mejor lugar para recibir al Santo Padre”, dijo Wuerl en conferencia de prensa, al aludir la construcción, cuyo domo y torre con 56 campanas dominan el paisaje arquitectónico del campus universitario.

De hecho, esas mismas campanas serán hechas sonar la tarde del martes 22 cuando el Papa arribe procedente de Cuba a la base de la fuerza aérea Andrews, en el vecino estado de Maryland para iniciar su visita pastoral de cinco días.

Wuerl dijo que la razón por la que la primera misa que Francisco celebrará en suelo estadunidense tendrá lugar en este escenario es “porque el Papa lo anuncio así”, haciendo notar además que la imagen del fraile franciscano nacido en Mallorca forma parte del friso que adorna el pórtico del lado este de la Basílica.

Explicó que de alguna manera el mensaje del Papa en el sentido de expandir el evangelio descansa en el trabajo eclesiástico iniciado por Junípero Serra en 1769 para difundir el nuevo evangelio en estas tierras.

“Si lo conjuntamos, no hay mejor lugar donde la podamos hacer”, enfatizó.

En adición a las miles de personas que seguirán la misa desde la amplia explanada de césped verde frente al pórtico central de la basílica, miles de seminaristas y novicias venidas de todo Estados Unidos darán la bienvenida al Papa en el interior del templo.

Casi la mitad de esta audiencia estará conformada por los seis mil estudiantes y cuerpo académico y administrativo de la Universidad, que desplegará para la ocasión un ejército de 500 estudiantes para asistir y a los asistentes a la masiva consagración.