La denuncia interpuesta por el PSOL ante la Mesa Directora del Congreso contó además con el apoyo de diputados del Partido de los Trabajadores (PT, en el Gobierno) y de otras tres formaciones y se fundamenta, entre otras razones, en denuncias de irregularidades administrativas que salpican a Feliciano.
También se apoya en declaraciones que el diputado, que además es pastor evangélico, ofreció durante un culto de su Iglesia el pasado fin de semana, cuando dijo que la Comisión de Derechos Humanos había estado "en manos de Satanás" hasta su elección como presidente de ese grupo, a inicios de marzo pasado.
Desde entonces, Feliciano, del Partido Social Cristiano (PSC), está inmerso en una enorme polémica y enfrenta protestas diarias de organizaciones de derechos humanos que le acusan de homofobia y racismo.
Esos grupos han recordado que, tiempo antes de su elección, el polémico diputado había afirmado que la Biblia dice que la raza negra es "maldita", que el sida es "un cáncer homosexual" y que "el amor entre personas del mismo sexo lleva al odio y al crimen".
Este martes, el diputado le dio una nueva vuelta de rosca a la polémica al declarar que está siendo objeto de una "persecución" promovida por una "dictadura gay" que pretende "obligar a las personas a pensar como ellos quieren".
La indignación que causó la elección de Feliciano como presidente de la Comisión de Derechos Humanos fue más allá de las fronteras del país y la semana pasada Amnistía Internacional se sumó al coro que pide su renuncia o destitución.
En un comunicado difundido en Brasil, Amnistía Internacional consideró "inaceptable" que Feliciano ocupe ese cargo debido a sus "posiciones claramente discriminatorias" en relación a la población negra, a los homosexuales y las mujeres e instó al Congreso a que "corrija ese error".
Feliciano, no obstante, y pese a las protestas que se suceden cada vez que se reúne la Comisión de Derechos Humanos, ha declarado una y otra vez que no renunciará, pues sostiene que ha sido elegido en forma "legítima" por los otros miembros de ese grupo.
Las protestas se repitieron hoy, durante una sesión del grupo presidido por Feliciano, quien decidió entonces restringir el acceso a la sala de la comisión y permitir sólo la presencia de diputados, periodistas y funcionarios del Congreso.