"No esperamos que ningún país vaya a aceptar totalmente o incluso apoyar nuestra estrategia, pero pensamos que mediante una mayor transparencia y un diálogo continuado podremos al menos hacer comprender mejor a esos gobiernos lo que estamos y lo que no estamos haciendo", explicó hoy el viceasesor de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama, Ben Rhodes.
Todo ello con el objetivo declarado de volver al menos a donde estaban las "importantes" relaciones bilaterales antes de que las filtraciones sobre el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Edward Snowden provocaran tal tensión entre Brasilia y Washington que la presidenta del gigante sudamericano, Dilma Rousseff, decidió suspender su visita de Estado a la capital estadounidense en octubre.
"No queremos que el debate sobre la vigilancia impida avances en todas las otras materias" bilaterales y regionales que comparten Washington y Brasilia, subrayó Rhodes.
"Nos gustaría que la relación vuelva a un punto donde seamos capaces de mantener esas discusiones e, incluso, tener diferencias de manera ocasional sobre nuestras actividades de inteligencia siendo a la vez capaces sin embargo de avanzar en una agenda más amplia", agregó en rueda de prensa en Washington.
Sus declaraciones se produjeron poco después de que el propio Figueiredo Machado anunciara su viaje a Washington por invitación de la jefa de Rhodes, Susan Rice, "para continuar el diálogo, ahora que ha sido finalizada la evaluación interna de la NSA", según dijo a la edición electrónica del diario brasileño "Folha de Sao Paulo".
El 17 de enero, Obama anunció reformas en los servicios secretos que incluyen límites para el espionaje de NSA en el exterior, incluidas las escuchas a líderes amigos como la que según las filtraciones sufrieron Rousseff o la canciller alemana, Angela Merkel. No obstante, rechazó disculparse por las tareas de espionaje de la agencia de inteligencia.
Y en el discurso sobre el estado de la unión pronunciado este martes, Obama prometió "trabajar junto con este Congreso con el fin de reformar nuestros sistemas de vigilancia, ya que el trabajo vital de nuestras agencias de inteligencia depende de que el público confíe, aquí y en el extranjero, en que no estamos violando la privacidad de la gente normal".
Según los documentos filtrados por Snowden, la NSA monitoreó llamadas telefónicas y comunicaciones por correo electrónico de millones de ciudadanos en Estados Unidos y en otros países, así como las de empresas extranjeras -como la brasileña Petrobras- y las de líderes de países aliados, como Rousseff y Merkel.
Las revelaciones llevaron a Rousseff a aplazar a fecha indeterminada su visita de Estado a Washington y también causaron enojo en Alemania, donde Merkel lanzó duras críticas a las prácticas de espionaje de Estados Unidos este miércoles, apenas dos días antes de recibir en Berlín al secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
"Una actuación que prioriza el fin a los medios y que hace todo aquello que es técnicamente posible viola la confianza y siembra la desconfianza. Al final no hay más seguridad, sino menos", dijo en una declaración de gobierno ante el Parlamento en Berlín.
Rhodes adelantó hoy la intención de Rice de explicar "de primera mano" al canciller brasileño cuestiones como la decisión de Obama de extender a extranjeros algunas de las protecciones garantizadas para ciudadanos estadounidenses a la hora de recolectar metadatos, así como asegurar que Estados Unidos "no recopila inteligencia para buscar una ventaja económica o comercial".
Todo ello, agregó, para "afianzar" la relación bilateral y hacerla "avanzar".
"Queremos avanzar, crear confianza en estos temas de seguridad, pero también abordar una agenda más grande", subrayó Rhodes.