La Misión de Observadores Fronterizos de la OSCE desempeña un papel valioso al brindar transparencia sobre los movimientos de personas y material entre la Federación de Rusia y las zonas del este de Ucrania, controladas por las fuerzas dirigidas por Rusia.
Esta pequeña misión ha estado en funcionamiento desde julio de 2014, y su trabajo está fundamentalmente relacionado con el compromiso que asumió Rusia cuando firmó el Protocolo de Minsk en septiembre de 2014, que “garantiza el monitoreo permanente en la frontera estatal rusa de Ucrania y la verificación por parte de la OSCE”.
La objeción de Rusia a continuar con el mandato de la Misión de Observadores Fronterizos genera profundas preocupaciones sobre sus intenciones de cumplir con sus compromisos internacionales y participar de manera constructiva con Ucrania.
"Seguimos pidiendo a Rusia que permita que se prorrogue el mandato de la Misión de Observadores Fronterizos, cese su actual agresión contra Ucrania y contribuya a una resolución pacífica del conflicto", dijo el Departamento de Estado.