Ante el temor de fallar en una votación independiente sobre los fondos, el partido rojo optó por una acción procesal extraordinaria para agregar el financiamiento de la obra a la propuesta de legislación de seguridad nacional que proporciona dinero para los programas de defensa.
Según el portal The Hill, especializado en temas del Congreso, si el tema del muro se hubiera considerado aparte, el partido rojo habría corrido el riesgo de que la medida no pasara, pues la polémica obra tiene el rechazo de los demócratas y de algunos republicanos moderados.
Al añadirlos ahora al proyecto general de defensa, ponen a los críticos de la iniciativa contra la pared, pues para oponerse a ella tendrían que ir también contra financiación destinada, por ejemplo, a militares en activo y veteranos.
Los mil 600 millones de dólares se emplearían específicamente a las barreras físicas en el Valle del Río Grande, en Texas, donde se esperan 32 millas (50 kilómetros) de una nueva valla y 28 millas (45 km) de muro; y a zonas de San Diego, California, donde se agregarán 14 millas (22 km) de cercas secundarias.
De este modo, esta asignación para la primera parte de la pared será costeada con dinero de los contribuyentes estadounidenses, después de que el presidente Donald Trump reiterara que la obra sería pagada por México.
A mediados de este mes el mandatario indicó que, en total, el controvertido muro debería tener de 700 a 900 millas (mil 226 a mil 448 kilómetros).
El costo inicial calculado por el jefe de Estado durante la campaña era de cuatro mil millones de dólares, pero en abril de 2017 dijo que sería de 10 mil millones, y desde entonces, varias empresas y organizaciones fijaron los pronósticos en 70 mil millones de dólares.